Día 1: Ángel

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Chuuya se enamora de Dazai cuando tienen quince años.

Están en la casa de Dazai, sentados bajo el roble ubicado en su jardín haciendo su tarea de la escuela, cuando eso sucede.

La primavera ha llegado, y con ella, el florecer de los distintos tipos de flores que el padre de Dazai adora plantar en su espacioso jardín. El aire es puro, mezclado con el perfume de las rosas y las margaritas que los rodean, por lo que es una buena ubicación para estudiar (o perder el tiempo, en el caso de Dazai).

Es en uno de esos momentos en los que Chuuya finalmente logra concentrarse lo suficiente en sus ejercicios de matemáticas que nota algo por el rabillo del ojo que lo distrae. Es una mariposa, una celeste y hermosa.

Aletea a su alrededor, conformándose con rondar por los libros y lápices esparcidos en la manta en la cual está sentado. Luego, después de tantas vueltas, hace algo que no hubiera esperado: se posa en la nariz de Chuuya.

Chuuya parpadea. Dazai abre un ojo y lo mira desde su posición acostado en el césped. Suelta una pequeña risita. –Oh, Chibi, eso es muy lindo. No te muevas, necesito sacar una foto.

Frunciendo el entrecejo, Chuuya mira con ferocidad a Dazai. Pero este lo ignora, y continúa felizmente tomando varias fotos con distintas tomas de él en la misma posición en su celular. Se ve tan emocionado y dedicado a la tarea que Chuuya se avergüenza por tanta atención, por lo que le pide que se detenga de una vez, pero él dice que no es suficiente y que se quede quieto.

Es ahí cuando nota la sonrisa radiante en el rostro de Dazai, como sus ojos marrones brillan aún cuando el roble los cubre de los rayos del sol de la tarde y sus mejillas tienen un pequeño tinte rosa que no lo notarías a simple vista.

Chuuya lo mira, con su corazón latiendo fuertemente en su pecho, y, por un instante, siente que es algo que le gustaría hacer a menudo. Siempre, si es posible.

Dazai es guapo, y es una bendición para la vista.

¿Así es como se siente enamorarse? Piensa.

Debió darse cuenta que desde ese momento ya estaba condenado.

-+-

Dazai le rompe el corazón a Chuuya cuando tienen veintidós años.

Chuuya llega a casa una hora más tarde de lo usual. Entre sus clases y el trabajo en la cafetería, apenas y tuvo tiempo de comer algo en el almuerzo, por lo que está completamente agotado.

Deja su abrigo en el perchero y se deshace de sus zapatos para colocarse las pantuflas y entrar finalmente al departamento.

-¡Estoy en casa! -grita, quitándose el liguero para tener su cabello suelto ya que lo tuvo recogido todo el día y, honestamente, duele como una perra.

En cuanto llega a la sala se detiene abruptamente en la entrada. Ve a Dazai sentado en el sofá, aún vestido con su traje formal de oficina. Pareciera que recién llegara del trabajo, pero Chuuya conoce su horario y sabe que su turno terminó hace dos horas. Su cabello se ve más despeinado de lo usual y mira hacia la pared fijamente, perdido en sus pensamientos.

Es extraño encontrarlo así, ya que cada vez que Chuuya vuelve a casa Dazai está vestido con sus pantalones de chandal y preparando la cena, tarareando una canción cualquiera. Siempre lo recibe con una sonrisa y le pregunta cómo fue su día.

Ha sido así desde que se mudaron juntos hace tres años a este penthouse que el dinero del trabajo de Dazai y las pequeñas contribuciones de Chuuya (porque el bastardo no lo deja aportar nada) les ha permitido.

Desafío De Escritura | °𝘚𝘰𝘶𝘬𝘰𝘬𝘶° (Bungou Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora