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Aprender que hay personas que te ofrecen las estrellas y otras que te llevan a ellas.

–Para mí, esa es la diferencia entre quien quiere y quien ama.
...

2 meses antes de...

—Escuché de un buen restaurante muy cerca de aquí, dicen que puedes escoger la música que quieras.

—¡Genial!

—Uhm... Si—dijo sin mucho entusiasmo la tercera adolescente concentrada en quien sabe que.

Este trío se conoció desde inicios de secundaria, la verdad fue algo un poco "inusual" diría yo, pero esta historia no trata de mí.

Todo surgió de una pelea, algo...¿cliché verdad? Pero diremos que fue "coincidencia" o mejor dicho ''destino''.

Cada una es tal para cual, se complementan entre sí, mientras Hanna era una chica cálida que demostraba afecto a cada segundo, May era fría y no de muchos abrazos, así mismo la última chica era ¿término medio? suena a comida ¿verdad? pero no encontre otras palabras para describirla, era afectiva pero no asfixiante, así como le daba espacio a la otra persona, un espacio necesario para estar cómoda pero no tanto como para sentirse ajena. Digamos que era el equilibro entre las fuerzas, todas sus salidas eran llenas de charlas sobre cosas prescindibles, pero que en el momento parecían ser las más importantes y serias, bueno no tanto...

Pero ese día fue diferente, una de las integrantes se encontraba ajena a la cercanía de ese grupo, estaba perdida en sus pensamientos y dejando de lado todo lo demás, no era alguien de hablar mucho pero siempre participaba en la conversación, pero esta vez solo caminaba como un ser presente físicamente pero metal no, y las demás no fueron ajenas a eso...

—Tierra llamando a la agente número 3 — dijo Hanna moviendo la palma de su mano en la cara de la pelinegra y riendo.

Sin respuesta...

Chas, chas...

Sonó el chasquido de May, ahora si captando la atención de la última chica.

—Has estado rara desde que salimos, ¿en qué piensas tanto?

—Uh... en nada—respondió al instante, aún aturdida por el susto del chasquido. ''Tal vez en el lindo chico de ayer'' pensó.

 —Habla rápido, tengo hambre y seguramente no seguiremos nuestra ruta hasta que digas la verdad de porqué estabas mirando a la nada mientras caminabas como babosa— interceptó Hanna, quien logró esquivar el golpe que le atinó la chica y luego sacó la lengua en tono de burla. 

—Ambas parecen niñas—dijo May girando los ojos—pero concuerdo con Hanna, no nos iremos hasta que hables.

—Esta bien, no se burlen, estaba pensando en la comida y en qué maravilla será que lleguemos y el lugar esté vacío solo para las tres y probar al fin ese rico onigiri dulce que esperé por meses que empezarán a vender aquí —habló de la nada frotando su mano en su estómago para dar a entender que se moría de hambre ''créansela por favor que me rehúso a hablar y ahora si me dio hambre de solo pensarlo''

—Yo si te creo, ahora vamos, que lo que dijiste me dió aún más hambre, así que ¡Caminen!—dijo Hanna dándoles un empuje por los hombros a ambas para que adelantaran el paso.

Siguieron riendo y hablando como si nada camino al restaurante, aunque algo aún no le cuadraba a May, pero no le dio importancia...

Tal vez ese fue el inicio de toda la historia, y ese pequeño presentimiento podría haber cambiado algo que en un futuro iba a romper todo lazo entre la vida y lo que sigue después de ella.

Pero todo sigue su curso y uno no es capaz de viajar al pasado, al menos aún no, así que arrepentirse es lo único que nos queda.

O tal vez sólo vivir hasta el final, un final que llega sin previo aviso y que marca la vida de otros...

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⏰ Última actualización: Feb 09 ⏰

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