0.5 Amor y Sangre

Capitulo 2

Me movi de un pie al otro aburrido hasta la medula.

Era el tercer dia desde que me habian dado la orden de que nadie entraba o salia  de la habitacion de la princesa.

Solo habia entrado su doncella con una jarra de agua y algo de comida. Hace dos dias y habia vuelto a salir menos de diez minutos despues.

Me concentre para intentar oir algun sonido pero no habia ninguno.

Estaba aburrido hasta la muerte.

Entrene esta mañana con un par de chicos pero nada digno de quitarme mi aburrimiento.

Aunque uno de los nuevos me habia dejado un pomulo ligeramente hinchado al golpeeame con el mango de su espada.

Volvi a cambiar mi peso de un pie a otro. Suspire.

No era necesario estar aquí pero estaba acostumbrado a estar detrás de la sombra de la princesa.

Ademas mi labor era protegerla. Si no tenia que hacerlo entonces no tendria mas nada que hacer.

Tal vez podria entrar y ver que estuviera bien. Que mi aburrimiento no se habia convertido en una entidad viva y la habia ahogado con una almohada.

Mire de lado a lado en el pasillo. No habia nadie. Me concentre en escuchar el sonido de pasos pero todo estaba en silencio.

Me dirigi a la derecha hacia el final del pasillo. Me pare frente al cuadro que decoraba la pared que media metros.

Tocando la parte superior del marco palpe hasta sentir con la yemas de los dedos el pequeño pestillo.

Me aleje del cuadro y se abrio como una puerta hacia dentro del pasillo secreto. Las brisagras sonando por años sin usar.

Volvi a mirar al pasillo antes de entrar. Estaba tan solo como siempre.

Me adentre en el pasillo cerrando la puerta tras de mi y deje que mis ojos se adaptaran a la oscuridad del pasillo antes de poder ver con normalidad.

Camine con cuidado esquivando las telarañas. Odiaba la telarañas y la arañas. Tenia pesadillas con ellas y este pasillo oscuro era mas telaraña que pasillo.

Me detuve en un cruce sin recordar bien  si tenia que girar de  izquiera a derecha para ir hacia la habitacion de la princesa o terminar en una habitacion o pasillo al azar.

Algo con muchas pequeñas patas de garras me cruzo los pies

-¡Ah!- No estaba orgulloso del grito que solte.

Decidi tomar una direccion al azar corriendo alejandome de las patas peludas y colmillos y ocho ojos de araña.

Llegue al final del pasillo a la unica puerta. Igual que con el cuadro palpee el brode superior con la yema de los dedos hasta sentir el pequeño pestillo.

La puerta se abrio hacia dentro de la habitación con un chirrido por la falta de uso.

La habitacion estaba iluminada con la suave luz de la tarde. Entre en silencio. La entrada estaba junto a la cama a solo pocos metros.

Todo estaba silencioso y tranquilo. La cama estaba perfectamente hecha y los pocos muebles y la casi nula decoración en su lugar.

La princesa estaba en el divan donde me había sentado hace pocos días cuidado su sueño leyendo un libro y con otros mas y un par de manuscritos a su alrededor.