II

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El sonido de la ropa siendo arrojada al suelo despertó los oídos de Minjeong, lamiéndose y mordiéndose el labio inferior. No tener la oportunidad de ver a Jimin quitándose la ropa aumentó su excitación. 

Al cabo de un rato, Minjeong sintió los dedos de Jimin deslizarse por su pelo y guiar su cabeza hacia algún lugar, haciendo que su garganta se secara por la anticipación.

Una vez que Minjeong estuvo a unos centímetros de enfrentarse a su golosina favorita, Jimin preguntó: 

—Ahora, quiero que le des un buen uso a esa boca, ¿entendido? —y esperó su respuesta.

Justo cuando Minjeong tarareó y abrió la boca en respuesta, al instante entró en contacto con el agujero de Jimin. Minjeong no perdió el tiempo para saborear tan fino manjar, el núcleo de la otra mujer ya goteaba al ver toda su respuesta corporal a sus avances y la estimulación causada por la boca de la mujer más pequeña, ansiosa de placer, ganándose gemidos seductores de Jimin.

—¡Joder! Ah, mierda... —No puede evitar soltar una retahíla de blasfemias, moviendo las caderas en sincronía con cada movimiento de la lengua de Minjeong, cuya punta rozaba la entrada de su agujero mientras ella se retorcía apresuradamente, enviando maravillosas sensaciones por todo su cuerpo. 

Minjeong aceleró el ritmo, sabiendo que no tardaría mucho en alcanzar el orgasmo. Mientras rodeaba el clítoris de la mujer mayor con su lengua y lo chupaba furiosamente, Jimin empezó a murmurar incoherencias, indicando que se acercaba rápidamente al clímax.

Esa dicha incomparable, realmente sólo Minjeong puede dársela, incluyendo la conexión emocional que anhelaba tras la desaparición de su ex-novia. Pero parece que no es sólo ella la que anhela a la otra persona y dicha persona no fue capaz de evitar soltar lo que pensaba.

—Sabes, te he echado tanto de menos; echo de menos el atisbo de amor apasionado en tus ojos cada vez que te sorprendo mirándome fijamente. Echo de menos cómo tu sonrisa podía alejar mis preocupaciones. Echo de menos cómo tu voz tenía la capacidad de calmar mi mente. Echo de menos cómo me hacías sentir que nadie puede quererme tanto como tú. 

Hubo una breve pausa y afortunadamente para Jimin, Minjeong no podrá ver su reacción ya que tiene los ojos vendados. La halagó. "

—Hasta el día de hoy sigue siendo una maravilla lo increíble que puede ser esa boca en muchos sentidos.

—¿Sabes en qué más es buena mi boca, cariño? —Una sonrisa pintó sus labios, una sonrisa perversa. 

Y sin más, los recuerdos de la parte innegablemente enferma y llena de cicatrices de su relación inundaron su mente, despertando la rabia en profundo letargo.

Incluso siendo incapaz de ver la reacción de Jimin, Minjeong no necesitaba respuesta. Ella sabe que Jimin sabía a lo que ella se refería y puede sentir esa rabia acumulándose.

—Realmente amas esto, ¿verdad? —Ella puede escucharlo a través de las palabras que Jimin suelta. 

—Recordarme el pasado no era necesario cuando puedes simplemente decir que quieres que te folle como la zorra que eres —Y a ella le encanta. 

El sonido del ajuste de la correa pronto rodeó la habitación, seguido de un suspiro. Lo que Minjeong no esperaba era que Jimin la llevara y la pusiera en la cama como si fuera un juguete, con la parte inferior de su cuerpo expuesta a Jimin, como un animal en celo, mientras sus manos se restringían aún más cuando la mujer más alta enganchaba la cadena del brazalete al poste de la cama. Sólo podía aferrarse a ella para salvar su vida. 

—¿Recuerdas aquella noche que estuvimos en esta misma posición? —Oh, ¿cómo puede Minjeong olvidar? Ella nunca olvidará esa vez que Jimin la puso toda loca y celosa. 

before the night ends | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora