La niña usaba sus zapatos rojos dondequiera que iba, incluso a una iglesia temerosa de Dios.Una vez que usas esos zapatos, tus pies comienzan a bailar o te quitas esos zapatos. Pero aun así, la pequeña nunca renunció a esos zapatos rojos.Al final, el verdugo se había cortado y seguía bailando con esos zapatos rojos.
