Prologo

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Sobrevivir en un mundo de mentiras 



Lucían Vandeleur podía considerar que su vida era como estar atrapado en un juego de supervivencia que solía leer cuando era más pequeño y la pasaba en los campos de vacaciones de su familia.

Ser un omega le dio un poco más de libertad a diferencia de sus hermanos alfas que vivían desbordando protección a su familia, cosa que solía ser oportuno en ocasiones, ya que lo salvaban de situaciones desagradables.

Una casa que no podía considerarse importante como las cinco principales, más conservaba un estatus alto como para dejar que varios alfas u betas pidieran su mano en matrimonio.

Entre esas, estaban los Agriche.

No los tomaron en cuenta, aun cuando recibían cartas con el sello, ellos rechazaban la propuesta y eligieron unirlo en un compromiso con un joven beta de la casa Vertium, tomando un rol que subiría su estatus y lo mantendría seguro.

Desde que se decidió eso, tuvo que tomar clases para ser un omega ejemplar que pudiera cuidar de los gastos de su hogar, saber como complacer a su alfa y cuidar bien a sus futuros cachorros.

O eso se suponía que tenía que saber por haber poseído el cuerpo del único omega Vandeleur de esta generación.

El prometido de uno de los protagonistas de esa historia de harem inverso que leía su hermana mayor y que, por estar deseando para publicar un comic web, le obligo a leer; ahora no sabía como sentirse al respecto.

Esos eran los pocos puntos que describían al personaje del que se apoderó, sumando que, luego de un tiempo, no se vuelve a decir nada sobre este mismo por no ser relevante.

¿Por qué centrarse en un personaje de fondo plano que solo servía para ser una dificultad que se arregla en el futuro?


Mi prometido desapareció.


Cortas y breves palabras que le dio el hombre de cabellos ondulados a la protagonista, ni siquiera se esforzó en demostrar que estaba triste por eso.

Daba igual.

Cerro, el libro con el cual fingió estar leyendo para alzar su vista al joven de cabellos negros que descansaba en una cama hecha de paja en el granero, quien fruncía su entrecejo y estaba sin su camisa, siendo reemplazada por varias vendas en las diversas heridas que tenía.

Cabellos oscuros como la misma noche, piel de un tono pálido y los ojos de sangre que lo miraron antes de caer inconsciente solo podía pertenecer a una persona en ese mundo de fantasía donde se encontraba atrapado.

SINNERS | Como proteger al hermano mayor de la heroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora