CAPÍTULO III

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Ojo por ojo.

Lauren Weinhooth

¡Buenos días, solecito!

En esta montaña uno amenace de maravilla, no sé si solo sea yo, pero el clima frío es rico cuando estás envuelto en un edredón, y en diez almohadas. Este es el único frío que me gusta; el mañanero.

Salgo de la cama después de estirar mi cuerpo, se supone que esta es la parte de la historia donde empiezo a describir que hago en mi rutina mañanera, pero realmente me parece innecesario, más cuando lo que hago es hacer pipi y ver al más allá por unos largos minutos.

En mis cross de puca, con mis poderosísimas medias de Batman, mi short y camisa de tirantes a conjunto negros de Batman, emprendo el viaje a la bati-cocina a hacerme mi bati-desayuno.

Pero que belleza me encuentro, y no lo digo por el reflejo en el espejo, sino por el bombón gruñón que tengo frente a mí.

Logan, alías: el cagón. Estaba sentado en la barra de desayunos, comiéndose su sándwich.

-¡Buenos días! -saludo al entrar a la cocina, con mi hermosa sonrisa de oreja a oreja.

Hago mi bati-desayuno mientras el otro ignora mi presencia, y a mí me vale mucha mierda porque a gente irrelevante no hay que darle importancia, ¿bien? Bien.

La computadora suena, ahora con que irán a joder. Desde mi posición alcanzo a leer lo que dice: "Dile a Lauren como te hizo sentir la broma que te hizo ayer." Pues para mí fue lo best.

-Puedes irte a la mierda -me dice él, para luego voltear en dirección a la cámara que nos grava-. ¿Felices?

Como que no amaneció de buen humor Logansito.

-¿Me puedes indicar dónde queda la mierda? -le pregunto, solo por joderlo viendo como agarra un vaso de agua.

Que me lo lance encima... Nada más que se atreva, que como una vez escuche: aquí llovera sangre.

Y no exagero la decir eso, cuando dicen "perro que ladra no muerde"... Bueno, eso no aplica a mí.

-En las cañerías de mi inodoro hay bastante, ¿te ayudo a entrar? ¿Te hago el favor? -responde de mala gana, yéndose a su cuarto. Luego volvió, pero en dirección a la piscina.

Lo sigo solo por joderle la paciencia, observó como luce en short, descalzo y sin camisa mostrando sus brazos tatuados.

-¿Sabes que esto será un largo tiempo juntos, no? -lo veo nadar.

Él muy -procede a insertar el insulto que creas más conveniente-, me ignoro, ¿tú haz visto? Jodas, ni que yo fuera una pared.

♥♥♥

Toda la santa mañana me la pasé en el cuarto de juegos escuchando música y bailando. Bailar me da vida, es mi arte, mi pasión, mi razón de ser, bailar me transporta a otro mundo, a otra galaxia.

A un lugar muy lejos de aquí donde yo soy la protagonista en la pista de baile, donde el reflector está sobre mi cuerpo danzando y destilando belleza. Donde todos los ojos en el lugar están fijos en mí, hipnotizados por mi danza.

En un escenario de madera oscura, con el telón rojo abierto, mostrándome a mí en medio de este, con las rosas llenando el piso a mi alrededor... Ese sensación donde tú eres el único punto de luz entre tanta tiniebla y desastre...

Danzando con un Ángel CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora