¿Crees en las hadas?

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     Era invierno, una capa de nieve cubría gran parte de las calles de la ciudad de Karakura.

     Ese día particular de invierno se encontraba jugando en la nieve una pequeña de no más de seis años de edad, haciendo pequeños muñecos de nieve con formas un tanto curiosas a ojos racionales.

     Pero no eran desconocidas ni extrañas para un niño de su misma edad que la encontró a ella y a sus muñecos, estaban en la parte trasera de los juegos para escalar, aislada en su propio mundo, tarareando una canción mientras seguía creando más de esos seres de nieve.

     —Yo conozco la canción.

     Exclamo con infantil voz sorprendiendo a la niña que lo vio con algo de desconfianza antes de preguntarle:

     —¿De verdad?

     —¿Te gusta mucho?

     Ella le sonrió y él le devolvió el gesto.

     —Sí, me gusta mucho esa canción.

     —Esas son hadas, ¿verdad? —Señalo con su pequeña mano enguantada los muñecos.

     La pequeña respondió con entusiasmo de forma positiva, le alegraba saber que alguien más lo hubiese notado.

     —Sí, ¿te gustan?

     —También los dragones, buscaba un lugar para dibujar más.

     —¿Dibujar?

     —No sé hacer muñecos como tú, por eso, dibujo —Le mostró una pequeña rama que había estado usando para dibujar en la nieve.

     Sus palabras llenaron de curiosidad a la niña.

     —Puedo enseñártelo, está por haya —Le señalo un lugar cerca de los columpios que tenía un gran arbusto cerca.

     Ambos se acercaron al lugar y la pequeña de inmediato reconoció el gran dibujo de un dragón, pero una duda llego a su mente casi tan pronto como lo vio.

     —Está solo.

     El niño la vio y no supo qué responderle.

     Ella tomó una pequeña rama del arbusto y comenzó a dibujar algo pequeño cerca del dragón, cuando termino ahora era el niño quien tenía mucha curiosidad.

     —¿Por qué un hada? Podría comérsela.

     —Las hadas son muy fuertes —Sonrió antes de continuar—; No importa si intenta comérsela, es más pequeña y rápida, podrán ser mejores amigos.

     —¿Por qué tiene cola?

     —No lo sé, podrían tenerla y así se parecería más al dragón.

     Su lógica hizo reflexionar un poco al niño que luego de unos segundos se apresuró a dibujar algo más en el dragón con la rama que aún tenía en sus manos.

     —Ahora se parecen más.

     El pequeño había dibujado un par de alas al dragón, así no solo tendría cola igual que el hada, también podría volar como ella.

     Los niños se sentían muy bien estando juntos, estaban a punto de volver donde la pequeña se encontraba minutos atrás hasta que escucharon una voz masculina llamar en su dirección.

     —Rukia, te pedí que no te alejaras de nosotros —Detrás del hombre venía una mujer que sin duda era la madre de la niña.

     —Lo siento, papá.

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