𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝟔

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Por fin llegó la noche. 

Willy tuvo la oportunidad de ver a la legendaria madrastra. Asi que con el fin de ayudar a Cenicienta a completar con éxito la misión de cambiar de un gorrión a un fénix, Willy fingió enfermedad para quedarse atrás. Sólo después de que su madrastra y Charlotte se fueron, llevó ala espléndida Cenicienta a un carruaje con una gran calabaza junto a la puerta trasera y se apresuró locamente hacia el castillo.

Como era de esperar, era un castillo como el de los cuentos de hadas. Los guardias en la entrada numerados con un solo dígito y ni siquiera se molestaron en hacer preguntas cuando vieron a los dos. Desde el principio hasta el final, sus ojos estaban vacíos y miraban hacia adelante.

Sin ninguna dificultad, habían llegado al baile. Antes de entrar, Cenicienta oyó a Willy maldiciendo bajo su aliento.

—¿Qué pasa? ¿Hermana? Debido a la ayuda desinteresada de Willy, ya lo consideraba su pariente más cercano además de sus padres. 

“No es nada”, Willy se frotó la nariz

Con el fin de resaltar la belleza de Cenicienta, gritó a propósito en la entrada—: ¡Un invitado ha llegado!

…… 

Las personas que estaban en medio de la grácil danza disminuyeron la velocidad y miraron hacia la entrada desconcertadamente. Probablemente nunca han oído hablar de la llegada de alguien redactado de tal manera.

Cenicienta estaba confundida y se mantuvo sin expresión en su lugar. 

Sin dudarlo, Willy levantó el pie y la pateó afuera.  

Cenicienta entró tambaleándose en el salón de baile. 

Al escuchar las exclamaciones en su interior, Willy sabía que la historia finalmente seguía el guión.

Se asomó sigilosamente dentro, vio al príncipe sosteniendo la mano de Cenicienta para bailar, y comenzó a buscar al pelinegro con tranquilidad. En cualquier caso, los dos eran los únicos reales en toda esta farsa y compartían un ideal y un objetivo común. 

—¿Me estás buscando? —La voz de Vegetta sonaba por detrás de él. 

Willy se dio la vuelta pero no respondió a su pregunta, —¿Por qué estás aquí? 

—Tenía miedo de que no pudieras manejarlo solo, así que vine a ayudar —respondió Vegetta

—¿Has persuadido al príncipe?

—Le dije.— Vegetta hizo una pausa, y luego frunció el ceño—, Pero no parecía importarle demasiado.

Willy expresó su entendimiento—: Nadie se tomaría en serio algo así como contarle su fortuna antes de conocer a esa persona. 

Vegetta se encogió de hombros, —¿Qué estamos haciendo ahora? 

—Esperando. —Willy miró la enorme torre del reloj directamente frente a la entrada—: Esperando hasta las 12 en punto. 

La espera se sentía interminable, especialmente cuando no había nada que hacer. 

Willy y Vegetta se pararon entre un matorral de arbustos además de las escaleras y comenzaron a dormitar.

De repente, el reloj sonó, estaba sonando ensordecedoramente despertando rápidamente tanto a Willy como a Vegetta. 

—¡Rápido!  —Willy tiró del somnoliento Vegetta mientras sacaba la cabeza de entre el grupo de arbustos.

Cenicienta salió corriendo con su vestido en la mano, con la cara enrojecida de emoción.

—¡Hermana! —Cuando vio a Willy, inmediatamente voló como una flecha.

𝐄ᥣ ᥴ᥆r𝗍ᥱȷ᥆ ძᥱᥣ mᥲg᥆ →ᥕіgᥱ𝗍𝗍ᥲDonde viven las historias. Descúbrelo ahora