Primer capítulo

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Parpadear no disipó el aturdimiento, tampoco lo hizo desconectarse durante la mayor parte de la conversación.

Esperó que no lo notaran. Quizás no lo harían, porque la noticia que Yeji acababa de darles era repentina, inesperada y, para Choi Jisu, dolorosa.

Ryujin y Yuna estaban saliendo.

Jisu estaba segura de que a Chaeryeong solo le pasmaría el hecho recién descubierto, pero a Jisu, además de sorprenderle, le dolió.

—Guao —dijo, esperando que nadie se percatara de su falta de efusividad—. No es una broma, ¿verdad?

La última frase no fue dicha por inercia. Iba en serio. Muy en serio. «No pueden estar saliendo —pensó­­­­—. No me lo creo».

—Que te lo confirmen ellas —dijo Yeji.

Ryujin miró a Jisu a los ojos, y ella deseó con todas sus fuerzas que Ryujin no notara nada raro. No lo hizo, pues después de mirarla miró a Chaeryeong y se mordió el labio, un gesto que atrajo la atención de Jisu a sus labios. Labios que no tocaría jamás con los suyos.

Se enfrascaron en una conversación que pasó de fondo para Jisu. Dijo un par de cosas para que nadie sospechara, intentando ordenar sus caóticas emociones.

«¿Por qué hablan como si fueran en serio?», pensó. Seguía negándose a creer.

Siguió negando la noticia incluso cuando vio a Ryujin entrelazar su mano con la de Yuna. No negó el tenue dolor que sintió en el pecho al mirarlas: era imposible no acusarlo.

Jisu dejó la habitación ni bien terminaron de conversar. No quiso ir a su habitación, ya que había probabilidades de que Yuna entrara poco después de ella, así que decidió ir a la azotea del edificio.

Una vez allí, se acercó al borde del tejado y apoyó los brazos en la baranda. Una nube con forma de oso flotaba en el cielo. Menudo detalle que notar.

—¿Cómo hago ahora? —le inquirió Jisu a la ciudad. Le respondió el bullicio típico de la ciudad.

Se mordió el labio, esperando que la ayudara a calmarse. No lloraría. Dentro de poco podría irse a su casa, lejos de sus compañeras. No era porque Jisu no las apreciara; Jisu quería mucho a sus amigas miembros de ITZY, pero había llegado a querer demasiado a una de ellas. Quería pasar más tiempo con ella, y esperar algún día reunir el valor para confesarle lo que sentía. Ahora era imposible.

Era imposible porque Shin Ryujin ya tenía pareja.

~~~

Cómo no había sospechado nada antes de que Yeji las reuniera era algo que Jisu se preguntaba. Yuna salía con frecuencia a entrenar con Ryujin en la sala de prácticas, y a Jisu nunca se le pasó por la mente que pudiera ser porque ambas tuvieran algo entre manos.

«O entre sus corazones». El poético pensamiento le provocó una mueca. Su mente no colaboraba y solo se dedicaba a remover sus emociones una y otra vez.

Poco después de que Yeji les diera la noticia, volvieron a reunirse las cinco, esta vez en la sala de prácticas. Se habían quedado conversando después de practicar para las presentaciones decembrinas.

Chaeryeong quiso saber cómo Ryujin y Yuna se habían logrado confesar que se gustaban.

—Fue el día que grabamos la versión hanbok de Not Shy —dijo Ryujin.

—Me crucé con Ryujinie en la noche, me dijo que fuéramos a la azotea a hablar un rato y...

«Cállense», pidió Jisu en su mente, refrenando un gemido. Recordaba que ese día Yuna había salido y había vuelto muy sonriente. Jisu lo atribuyó a que Yuna había logrado encontrar su postre favorito en la cafetería del edificio. No se esperaba que fuera porque había besado a Ryujin por primera vez.

Hanbok: Historia paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora