Capítulo 5

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La señora Park llamo a la mamá de Lisa en la mañana. Las clases de piano iban a adelantarse una hora, pues la señora Park necesitaba llevar a uno de sus hijos a su cita con el dentista.

Lisa estuvo estresada toda la mañana.
Su rutina estaba siendo modificada, y odiaba eso. Chasqueo los dedos durante todo el día, no durmió luego de desayunar y no pudo disfrutar de su almuerzo. Se cambió la ropa tres veces (Algo no muy típico en Lisa), hasta que se decidió por unos shorts negros y una camiseta con el logo de Celine.
Finalmente, llegó el turno de los zapatos.
Eligió un par de tenis blancos. Colocarlos era fácil para Lisa, pero atarlos...

Podía hacerlo, en verdad podía, pero sus manos no eran muy útiles para atar agujetas y solía tardar al menos cinco minutos con cada zapato. Su psicólogo decía que era a causa del Asperger, pero Lisa debía de admitir que podría atarse los zapatos mucho mejor si su madre no lo hiciera por ella todo el tiempo.

Cansada de depender de aquella mujer, Lisa comenzó a atar sus zapatos. El proceso fue lento, pero finalmente logro hacerlo. La chica sonrío cuando noto haberlo logrado. Entonces, dándose cuenta de que aún faltaban varios minutos para que Irene llegará a buscarla, Lisa camino hacia la ventana, apoyo su mano derecha en ella y miró hacia la habitación de la chica de la ventana. Aún estaba allí el papel que había visto en la mañana, ese que le deseaba unos buenos días.

Lisa sonrío de nuevo al verlo, y por primera vez desde que habían adelantado sus horas de piano dejó de chasquear los dedos. Desgraciadamente, la chica de la ventana aún no estaba en su habitación.

"Por supuesto que no lo está, idiota. Ella aún debe estar en la escuela" Llamarse idiota era típico para Lisa. Fue entonces cuando recordó que no podría hablar con la chica de la ventana hasta la noche, por lo cual decidió tomar de nuevo la cinta, una hoja y un marcador.

"Hablamos en la noche, chica de la ventana"

Escribió, y luego con torpeza pego el papel sobre el vidrio. Pero Lisa no se sentía aun conforme, así que tomó otra hoja y escribió algo más.

"Estaré pensando en ti"

Sonrío al imaginar a la chica reír al leer lo que había escrito. Sin razón, la chica de la ventana ya era importante en la rutina de Lisa... "Por favor, idiota. Solo has hablado con ella un día. No pudo haberse vuelto importante tan rápido"

De repente su madre entró a su habitación sin golpear (Como siempre), interrumpiendo así sus pensamientos.
Lisa se alejó lo más posible de la ventana, sabiendo que si su madre descubría sus conversaciones secretas no le permitiría volver a hablar con ella. Su madre era muy controladora con respecto a sus amistades, y las chicas que se conocen a través de ventanas y hojas de papel no estaban en el mejor puesto de la lista "Amigas que quiero para mi
hija"

Sra. Manobal: ¿Estás lista, Lisa?

Lisa: Sí... sí lo estoy.

Sra. Manobal: ¿Y tus agujetas?

Lisa: Yo... bueno... yo las ate.

La Sra. Manobal solo negó con la cabeza y miro los zapatos de Lisa. Frunció el ceño al verlas, se agacho y comenzó a desatarlas.

Lisa: i¿Qué haces?! Pregunto alterada. Había estado más de diez minutos intentando atarlas y ella... ella había destruido todo su esfuerzo en menos de uno.

Sra. Manobal : Voy a atarlas bien. No quiero que te caigas.

Y así era la Sra.Manobal. Sobreprotectora, controladora y perfeccionista. Ella solo sabía ver las cosas negativas en su propia hija. En las mañanas, no veía a Lisa sobreviviendo a otra noche. Ella veía una cama que tender. En las tardes, no veía lo mucho que Lisa comía, sino lo poco que dejaba. Cuando reía, Ella no veía la felicidad de su hija, solo escuchaba un sonido demasiado alto. Y cuándo ataba sola sus zapatos, la Sra. Manobal  no veía este logro.

La chica de la ventana | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora