¿Who Is The Killer?

Capítulo 2: Mensaje extraño y partida

Me encontraba jugando videojuegos hasta que sorprendentemente gané. Me sorprendió el sonido de un mensaje llegar a mi celular, lo encendí y pude leerlo en la pantalla de este.

Desconocido: Por tu bien no vengas a DevilWood, ya estás advertido.

Eh? DevilWood? Qué es ese lugar y por qué me advertían sobre él? Me entró la curiosidad y pasión por lo peligroso en un dos por tres.

Tu: ¿Quién eres? ¿Y a que te refieres?

Nadie contestó hasta que paso más de una hora.

Desconocido: No querrás saberlo.

Me bloqueó después de enviar el último mensaje.

Lo intenté ignorar durante el día.

Seguro era un idiota del instituto intentando jugarme una broma.

Cuando llegó el último día en el que tenía que decidir si ir al campamento lo confirmé y armé mis bolsos. Mi madre saltó de emoción y me ayudó a no olvidarme de nada. Hasta se puso muy sobreprotectora, ordenando que me pusiera el protector solar si había sol, el repelente si había mosquitos y por cualquier cosa, la llamara.

Me despedí de Gregory, me ordenó que tuviera cuidado con Nina, la hija de Sandra, ya que la señora no quería que su "bebé" cómo la solía llamar se metiera con conmigo.

Lo que me hizo sonreír burlonamente, eso significaba que tenía oportunidad.

Ella y yo habíamos sido amigos de la infancia pero poco a poco fuimos creciendo y distanciando. Ella tenía su propio grupo de amigos y yo el mío. Pero sabía que se había alejado de mi por qué no era agradable para Sandra, afirmaba que yo era "Mala Influencia".

Arreglé mi cabello para verme decente, pero fallé por que el viento lo volvió a su estado habitual. Frustrado me dirigí a la camioneta donde irían todos, con la hija de Sandra a mi lado.

Era atractiva, no lo podía negar.

Nina Ricci es baja comparándola con mi estatura, tiene ojos verdes y una característica muy interesante. Tenía su cabello mitad blanco y mitad negro, cómo Cruella, la villana de aquella película para niños. Y usaba lentes, cómo típica nerd tenía miopía. Labios chiquitos pero lindos, una nariz respingada y la adornaban unas pecas en su piel pálida.

Tenía buen cuerpo también, pero sinceramente para mi era una chica inalcanzable.

Poseía un carácter de mierda.

— Deja de mirarme, Malcolm.

— ¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?
Alcé una ceja.

Ella sonrió — Incómoda querrás decir.

— Me adoras Nina, deja de fingir.

Ella rodeó los ojos lo que me hizo sonreír, mientras entrábamos a la gran camioneta que nos llevaría al Campamento. Enseguida reconocí a varios adolescentes de mi instituto y algunos no, ya que eran del grupo de Nina. Solían llamarlos "Los Frikis" en el instituto, pero nunca me gustó esos apodos que ponían los idiotas populares para hacer menos a las otras personas por sus propias inseguridades.

Los saludé a todos aunque eran pocos, conté unos cinco contando conmigo y Nina daría en total siete adolescentes ansiosos de aventuras estas vacaciones.

Me senté al lado de Jake Abel, quién había sido siempre un buen chico y una persona muy responsable en cuando al instituto. Cabello rubio, ojos color celeste y ropa holgada de anime era la apariencia que mostraba.

— Hola Jake, cuánto tiempo sin verte.

— Te vi ayer solo que tú no.

— Perdón, estuve entretenido un buen rato con el director que no folla.

Él se sonrojó ligeramente y sonrió por mí chiste.

Si así era Jake, se sonrojaba con solo escuchar la palabra "follar".

— ¿Quieres escuchar música conmigo?

Murmuró dudando.

— Claro — acepté — pone "Slow Down".

El rubio puso los ojos como platos.

— ¿Te gusta Chase Atlantic?

— Pensé que ya lo sabías.

Pasaron horas y horas hasta que abrí los ojos, no me había dado cuenta que me había quedado dormido. Jake se encontraba con su cabeza en mi hombro, se veía tierno con su respiración relajada y su boca entreabierta.

— Ya estamos llegando.

Informó Nina para que todos escucharán.

Miré por la ventana y pude visualizar un cartel el cual decía "Bienvenido Al Campamento DevilWood".

Me sonaba ese nombre...pero no lograba recordar de dónde.

— ¿Quién es ese chico de la foto de allí?

Preguntó Jason, un pelirrojo amigo de Nina.

Todos se giraron para ver.

— Ese chico desapareció el año pasado y encontraron sus restos hace unos dos meses.

Informó un señor mayor con bigote cuando Levin abrió la puerta de la camioneta.

— Ah, perdón. Soy Harold, el dueño del campamento.

Daba mala vibra pero no lo juzgaría en voz alta.

— Encantado Harold, Yo soy Levin. — se presentó el moreno.

— Ya lo sé, uno de los requisitos de venir aquí es que tenía que pedir sus identificaciones y números de teléfono por cualquier cosa.

Jake se removió y supe que se había despertado con la voz de Harold.

— Oh, claro.

— Vamos, salgan. Les mostraré el campamento, deben de tener frío.