¿Who Is The Killer?

Capítulo 8: Escape Fallido

Empaque mi ropa, cepillo de dientes y todo lo necesario que había sacado de la maleta. No pensaba quedarme un día más en este campamento, y los demás estaban de acuerdo conmigo. Tendríamos que ser estúpidos para no irnos mientras pudiéramos.

Miré a Jake quién me esperaba porque ya había terminado de desempacar.

— ¿Terminaste?

Asentí. — Vámonos de una jodida vez.

Me colgué el alza de la maleta en mi hombro y junto a Jake salimos de la cabaña. Pudimos ver a los demás a lo lejos cerca de la camioneta que se encontraba en la entrada.

— Adiós, Harold fue un gusto conocerte. — se despidió Jake agitando su mano hacia él.

— Igualmente, chico! Siempre serán bienvenidos.

— Yo conduzco. — informó Rebecca.

Todos nos subimos a la camioneta después de haber dejado las maletas en la parte de atrás. Tenía un mal presentimiento, sentía ansiedad y mi pierna moviéndose descontroladamente lo mostraba.

La camioneta arrancó, finalmente saliendo de aquel campamento.

Sentí un tacto en el hombro.

Me di vuelta y me encontré con el rubio, quién me dedicó una sonrisa de tranquilidad.

— Es normal que te sientas nervioso.

— No tengo miedo. —afirmé dudoso.

— Si lo sintieras no estaría mal, todos nos debemos de sentir así después de todo lo que pasó.

Le devolví la sonrisa, él era el único que se dedicaba a no entrar en pánico.

Abrí mi mano y a los segundos la uní con la de él. Sentí el tacto cálido de su mano enseguida, esta vez no necesité mirarlo para saber qué se había sonrojado.

💙💙💙

Al llegar la noche, la camioneta se detuvo y no quería volver a arrancar.

Y una tormenta se acercaba. 

Pero lo peor no era eso.

Era el lobo que se encontraba delante de nosotros, gruñía mostrándonos sus colmillos y que debía de tener hambre.

Agarré la mano del rubio para que se pusiera detrás de mí.

— No corran y no entren en pánico, sino nos asesinará.

Levin me miró como si me hubiera vuelto loco.

— ¿Cómo no quieres que entremos en pánico con este animal enfrente de nosotros?

— Vallan de a poco retrocediendo.

Fui el primero en comenzar a retroceder para que Jake también se animara, ya que se encontraba temblando mientras me agarraba de la mano.

El lobo gruñó nuevamente, pero esta vez a la única que estaba viendo fijamente era a Rebecca.

La rubia ahogó un sollozo.

— Yo correré para que me siga, ustedes encuentren la forma de irse de aquí. — afirmó.

— No te dejaremos aquí, ¿Estás loca? — preguntó Nina con el ceño fruncido.

— Les estaba avisado no pidiendo permiso.

Eso fue lo último que pronunció antes de comenzar a correr hacia el bosque, el lobo enseguida comenzó a seguirla.

— ¿Qué haremos ahora? —murmuró Levin.

— Miren allá. —Stive señaló a una cueva que se encontraba cerca de aquí, pero deberíamos subir la montaña para alcanzarla.

— Podríamos dormir allí. —sugerí.

Los demás asintieron y nos dedicamos a seguir el camino hacia la cueva. Esperaba que Rebecca saliera viva de ésta, sabía que no merece morir comida por un lobo. Pero se arriesgó para salvarnos a nosotros, sabía que pensaría en algo por la inteligencia que poseía su cerebro.

Aunque se viera como una nena de papi que se la pasa en los salones de belleza y no piensa en más nada que en sí misma era muy inteligente.

Cuando llegamos a la cueva vimos como se encontraba, oscura y silenciosa. Jake se apresuró a sacar una linterna de su mochila para alumbrar, pero cuando la encendió, tragó grueso. Había huesos humanos por todas partes, de cráneos hasta había sangre seca en algunos rincones.

Se veía escalofriante, mi corazón comenzó a acelerarse por el miedo, y solo de pensar que esas personas podrían ser niños o alguna otra persona inocente se me pusieron los pelos de punta.

¿Quién sería capaz de cometer algo así...

¿Sin empatía? ¿Sin pensar en las familias de la persona que le arrebatan la vida?

Solo un psicópata sería capaz de ello.

Y lo peor de todo...

Es que a lo lejos de la montaña, pudimos ver la entrada del campamento.

No estábamos huyendo como pensamos, porque nadie podía escapar de el.

—¿Qué haremos ahora? Me imagino que no siguen pensando en dormir aquí o si? —murmuró Stive.

—No — dije sin dudarlo — regresaremos al campamento.

—Esta bien — pronunció Nina encendiendo su linterna —Andando.

Y así todos volvimos al mismo lugar.

Porque a fin de cuentas siempre volveríamos a el.