Estaba lloviendo torrencialmente.
Me desperté y vi el reloj, eran las nueve de la mañana.
Me senté en la esquina de mi cama y miré hacia la cama de Jake.
Este dormía plácidamente, con sus brazos envueltos en una almohada y su cuerpo de lado, junto a su rostro angelical.
Sonreí instintivamente.
Me levanté despacio para que el piso no crujiera y pudiera despertarlo. Me dirigí hacía la puerta para abrirla, pero cuando giré la manija no se abrió. Estaba trabada.
—No...esto no puede estar pasando. Mierda.
Intenté abrir nuevamente la puerta usando más fuerza, pero esta no cedió.
Hasta que me desesperé y comencé a pegar mi cuerpo contra ella.
Mi respiración se comenzaba a acelerar poco a poco...
¡Papá! ¡Mamá!
¡Ayuda!
¡Sáquenme de aquí!
Estaba encerrado en un armario, estábamos jugando las escondidas con mi primo, pero cuando me di cuenta que ya había pasado mucho tiempo decidí salir.
Y no pude hacerlo al instante, la puerta estaba con llave.
Solo se podía cerrar la puerta de la parte de afuera, mi primo me estaba haciendo una broma de muy mal gusto.
Me faltaba el aire y comencé enseguida a sudar por el nerviosismo.
Mis ojos se cristalizaron por el miedo de no poder salir de allí jamás.
—¡Malcolm! ¿Estás bien? ¿Qué pasa?
Miro al rubio a mi lado, quien tiene una cara de preocupación y sus manos sobre mis hombros, supongo que me tuvo que sacudir para que volviera a la realidad.
—Yo...La puerta. Está trancada.
—¡¿Qué?!
Se sobresalta y camina hacia la puerta, cuando gira la manija no se abre.
—Las ventanas.
Me mira.
Observo las ventanas y me dirijo hacia las dos, pero ninguna abre. Están selladas también.
—Maldita sea. El asesino sabía que debía encerrar a unos para matar a otros.
Jake me mira con suplica.
—No digas eso que me pone más de los nervios. Si les pasa algo a alguno no podremos ayudarlos...
—Estarán bien, tranquilo.
Nos miramos fijamente.
—Ahora solo queda esperar, odio esperar.
Se queja, curvando un poco sus labios por el disgusto.
Embozo una sonrisa de lado.
💙
Eran las tres de la tarde y todavía nada.
No escuchamos gritos ni ruidos intimidantes, pero no logro identificar si eso es bueno o malo.
Mi corazón se había calmado un poco, pero seguía latiendo más de lo normal.
No sé si es por estar encerrado o por estar encerrado con el rubio.
—No puedo estar más aquí, necesito saber que pasó allá afuera.
Jake se levanta del piso y comienza a patear la puerta con fuerza.
—Ey, ey...
Me levanto y lo separo.
—Te vas a lastimar.
—No me haré más daño del que le podrían estar haciendo a los demás.
Poso mis manos en sus mejillas para que me mire.
—No me importa lo que les pase a los demás, me importas tú.
—Claro, porque eres un egoísta. No te importa lo que les pase a las demás personas si no son cercanas a ti o pertenecen a tu grupo de amigos.
—Sí. Soy egoísta. Así soy y así seré siempre. No me importa lo que les pase a la humanidad constante que la gente que quiero esté bien y a salvo.
—A la gente...¿Que quieres?
Eleva las cejas debido al asombro y yo me pongo a la defensiva.
—¿Esa es la única parte que entendiste?
—Es la única parte que me importa escuchar, entonces...¿Me quieres?
Miro sus ojos claros confundido, pensé que eso ya lo sabría.
—Vete a cambiar. Que no quiero que los demás te miren así vestido cuando logremos salir.
Él enseguida se miró a si mismo y a su camisón de dormir.
—Pero...si estoy sexy así.
Suelto una carcajada sin poder evitarlo.
—Siempre estás sexy, no importa que te pongas.
Le revuelvo el cabello con la mano como si fuera un niño.
Sus mejillas enseguida tomaron color, pero no sé si debido a mis palabras o al toque de mi mano con su cabello.
Jake se alejó de mí, tomó ropa de su maleta y se dirigió al baño para cambiarse.
Luego de salir, logro observar su vestimenta.
Lleva una camiseta blanca con una falda rosa, ya que afuera está calor. Mientras yo, llevo una camiseta negra y jeans del mismo color junto con unas botas de militar.
Él me miró de arriba a abajo.
—¿Te gusta lo que ves?
—¿No tienes calor?
—Contigo siempre.
Bromeé provocando que el rubio rodeara los ojos.
—No, no tengo calor.
Los dos nos quedamos inmóviles al escuchar la puerta destrabarse. Enseguida me levanto alerta y pongo a Jake detrás de mí antes de girar la manija.
—¡Chicos!
Gritó Jake.
—¡Estamos en el comedor! ¡Vengan rápido!
Cerré la puerta de la cabaña después de que salimos y comenzamos a correr hacia el comedor.
Al llegar, pudimos ver a todos allí.
—¿Qué? ¿Alguien está herido?
Preguntó el rubio.
—No, miren.
Nina nos señala la computadora de Rebecca.
Pensé que se había perdido junto con sus pertenencias...
—El asesino estuvo aquí, por eso nos encerró a todos. Para que no lo viéramos.
En la computadora se reprodujo un video, en el cual estaba Rebecca y su grupo de amigas humillando a una chica de lentes en la cafetería de la secundaria.
La chica estaba sucia de comida que le habían lanzado, y para colmo Rebecca comienza a derramarle yogurt a su cabello. Entre risas de los demás estudiantes y las chicas bravuconas, la chica llora y baja la cabeza.
Llega el final del video y dice "Esta chica era Sabrina Keller, se suicidó el año pasado."
"Esto es lo que les pasa a las bravuconas"
Logramos ver una foto de Rebecca en el suelo, cubierta de sangre y sin algunos dedos en su mano derecha. Los cuales nos había mandado el asesino antes.
—El asesino nos castigará por cualquier error que hayamos cometido...

ESTÁS LEYENDO
¿Who Is The Killer?
Mistério / SuspenseMalcolm Hunt es un chico rebelde, sus padres no saben que más hacer para que sea responsable y piense en su futuro. Le proponen que valla a un campamento en las vacaciones, Malcolm sorprendentemente acepta, sin saber los sucesos extraños que ocurren...