Parte única.

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Era una noche de baile en el terciario de Houston.

Los adolescentes disfrutaban entre risotadas y habladurías, disfrutando de sus compañías.

Entre toda la multitud se situaba un rubio, su nombre era Kim Taehyung.
Él era parte de una familia multimillonaria, del más alto nivel. Terminó la secundaria con promedio de diez, por su gran capacidad Intelectual. Un buen logro para los Kim.

Taehyung era un chico hermoso, sus facciones hacían delirar a varias...

A varios también.

Un gran ejemplo era Jeon Jungkook, un vago atorrante que nunca tuvo ni un cospel. Él estaba completamente encantado, hechizado, enamorado y todo  término existente en sentido romántico de Taehyung.

El baile era algo importante para el azabache, tenía planeado hablarle al dueño de sus suspiros.

Después de tener unos tragos encima, decidió que ya era el momento de hablarle. Puso el pecho de arranque y se acercó intentando parecer "cool" ante los ojos esmeraldas.

Funcionó, aquellos bonitos ojos captaron al sujeto.

Ambos chicos frente a frente se saludaron, con un brillo especial en sus orbes y unas sonrisas estúpidas de por medio.

— Taehyung, ¿Quieres bailar conmigo? — Extendió su mano con confianza, esperando que el contrario acepte la propuesta.

— Si, claro. — Aceptó gustoso y algo sorprendido ante la pregunta.

Los adolescentes se dirigieron a la pista de baile, muchas miradas estaban puestas en ellos pero ninguno se percataba.

Algunas de esas miradas venían de parte de las amigas de Taehyung, sus amigas sorprendidas no lo podían creer.



[...]



Cuando terminó el baile, los atorrantes se fueron juntos del lugar.

— Taehyung, ¿Cómo puedes ser tan hermoso? En tu vida pasada seguro fuiste un ángel.

— Gracias por el cumplido. — Sonrió con suavidad. — Realmente eres una persona preciosa.

Con piropos elegantes, le puso el mundo al revés. Para que siempre lo soporte de primera lo hizo bien.

Esa noche Jungkook con su "Rey", empezaron a flujir.

— Es la mejor noche de mi vida. — Hizo una pausa. — Me gustas.

Rápidamente el rubio le pegó una cachetada que lo dió vuelta de perfil.

— ¿Estás de broma, verdad?

Jungkook acarició su mejilla, confundido por el golpe.

— ¿Porqué me golpeas? Es verdad.

— Es que a veces eres tan directo que me dan ganas de golpearte. — Dijo con un tono sarcástico. — Tu también me gustas tanto, me vuelves loco.

— Pensé que solo era un polvo para ti, no creí que te gustaba. Mi cabeza pensó demasiado.

Taehyung le dió una segunda cachetada.

— No digas algo así nunca más, no soy ese tipo de persona. — Frunció el entrecejo. — Ahora bésame. — Tomó el cuello del azabache mirándolo a los ojos, tratando de seducirlo aún más.

Pagó caro la osadía de quererlo seducir.

Se jugó y él no se pudo resistir.

El amor sobre toda diferencia social, dentro del calendario cada día se va.
A pesar de las dudas y el que dirán, el amor puede más, puede más, mucho más.




























Ocho Cuarenta | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora