¿Qué sucedió?

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No había rastro alguno, ambos hermanos se habían esfumado en un par de segundos.

"No los puedo sentir cerca ¡Maldición! ¡Debimos de habernos desecho de Hao mientras estaba aún tendido!" Se quejó el de cabello puntiagudo. Se encontraba impotente ante la situación, al igual que todos.

Estaban rodeados de chamanes y ni uno pudo evitar el acto.

"¿Ese era Yoh? ¿Cómo? ¿Desde cuando  tiene control sobre el espíritu de fuego?"

"¡No creo que haya sido el amo Yoh del todo! ¿Pudo haber estado poseído o algo así?" Trato de explicar Amidamaru.

"¿Una poseción de alma fallida?" Preguntó Horo horo sin tener respuesta por parte de nadie.

Al samurái algo no lo convencia del todo, los ojos de su amo, aquellos mismos que le había mostrado antes de la llegada de su hermano, llenos de hambre por ver la destrucción a su paso, ojos que con tan solo recordarlo le hacia temblar y sentir vulnerable. ¿Acaso seria era posible?

No, eso significaba que su amo ya no existía en este mundo, y eso no era posible pues lo había visto con sus propios ojos como ambos se levantaban.

Se quedo pensando un rato preocupando al de menor tamaño.

"Amidamaru, ¿estas bien?" Le preguntó Manta "Ya todos se fueron a ver si los pueden detectar en el área, ¿No vas a ir?"

El samurai volvió en si.

"Joven Manta, siento preocuparlo pero aún no puedo digerirlo"

"Ni yo, ¿Acaso usted también cree que Yoh se puso de lado de Hao?"

"Por lo visto, solo se pueden sacar esas pobres conclusiones por ahora, acompáñeme, puede que sepa algo que nos ayude a encontrarlos"

"¿¡Enserio!?"

...

"¿¡Pero que mierda!? ¡No se supone que esto terminaría así!" Se quejó el mayor.

"No hace falta que seas grosero usando mi cuerpo ¿sabes? Es raro oírme quejarme de esa manera"

Miró nuevamente el cuerpo qué poseía, era extraño, puso la mirada en Hao, ¿así lo veia él?

"Cierto, siento ensusiar tu boca niño puritano. Pero no podré hacer nada hasta que averigüe como sacarnos de esta situación"

"Pensé que te importaba solo cumplir con tus objetivos, sin importar el medio. En este caso... mi cuerpo" Se sintió mal, como un golpe de realidad o un balde de agua fría cayendo sobre su cabeza.

Era su hermano, pero además que eso, él mismo era una potencial presa, y otro de los recursos que usaría para su finalidad.

"No es eso, solo..." Dijo algo arrepentido por su actitud "No se suponía que esto pasara, yo debía absorberte y seríamos un mismo ser otra vez, como debió haber sido al inicio. Yo no quería que estuviesemos así"

Aquellas palabras llamaron la atención del menor, ¿acaso su hermano estaba siendo amable? De una manera muy retorcida pero linda a los ojos del menor de los Asakura.

"¿Se supone que eso me consuele?" Dijo con esperanza de que el contrario se diera cuenta de lo que había dicho anteriormente. Y asi fue.

"¿¡Qué me hiciste!?"

INTERCAMBIO DE ALMAS***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora