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Jiseok estaba sobre su cama, había terminado su tarea y estaba a punto de dormir aunque no tenía bastante sueño.
11:14P.M. marcaba el reloj de su celular, el cual dejo en la mesita que tenía aún lado de su cama.

Recuerdos invadieron su mente, sobre como fue el día en al que Jooyeon se convirtió en su vecino y con un plan fue tomando cercanía -si es que se le puede llamar así- con él.

La mudanza estaba frente a su casa, era un pueblo algo pequeño pero con mucha gente a la vez, una que otra casa estaba sin ocupar.
Una casa gris, era la que estaba siendo llenada con las cosas que bajaban de aquel camión cargado de pertenencias. Anteriormente vivía la familia de los Ronald pero decidieron regresar a su vida en la cuidad por lo cual dejaron la casa en rentas, y al parecer era un muchacho de cabellos largos y negros, lo cual le llamo la atención a Jiseok.

No era gay... o al menos eso decía, ya que al conocerte todos en ese pueblo eso podría llegar a oídos de todos, cosa que no quería, así que prefería guardar su gusto por los chicos.

Prácticamente ese era un día limpio, el sol podía darse a ver levemente entre las nubes blancas. Ni había lluvia y era un poco extraño.

El día llegó a su fin, sin pasar nada interesante, el chico estuvo encerrado todo el día.

Y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente.

"¿Habrá muerto?"

Comenzaba a preguntarse mientras miraba la ventana, ya algo preocupado por lo que comenzaba a pensar, pero para su sorpresa, la puerta de la casa en dónde tenía la vista comenzó a abrirse, dejando ver al muchacho salir.

Una sudadera gris y un pantalón negro deportivo suelto era lo que lo acompañaban. Oh, y... ¿una cajetilla de cigarros?

Jiseok nunca fumo, pero sabe como es el olor a tabaco, no le molesta, como a otras personas. Pero sentía miedo si intentaba fumar, ¿si lo hacía mal? a demás, no necesitaba hacerlo.

El pelinegro cerro su puerta y camino hasta que tomo asiento en su patio, justo en la entrada: por la banqueta. Tomo un cigarrillo cuando abrió la cajita y volviendola a cerrar, utilizo su encendedor dando vuelta y haciendo "casita" para poder encender el cigarro que se encontraba en su boca para poderlo sostener.

Allí fue cuando le nació una curiosidad más inmensa sobre el, se veía tan bien y lo único que hacía era existir... literalmente.

Cuando el pelinegro dejo de fumar se levantó y regreso a su nido, cerrando la puerta y desapareciendo en su interior.

Llamo por mensajes a uno de sus amigos; Seungmin, contándole sobre el chico que se mudo frente a su casa, Seungmin también sabía que alguien se habia mudado pero no sobre como era.

Y así estaba Jiseok, encantado y solo lo vió una vez, obviamente se verían más, incluso trataría de hablar con él.

Aunque será tarea difícil, el tipo se ve muy serio.

No podía seguir despierto, mientras recordaba sus ojos comenzaban a cerrarse y su cabeza a caer a un lado de la almohada, sin aguantar nada.

Se acomodo a un lado izquierdo, tomando a su peluche para abrazarlo, tapo su cuerpo con la sabana y cerro sus ojos.

Dulces sueños Jiseok.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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Sex and cigarettes | GayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora