Capitulo 2

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Justo lo que me faltaba; le gustaba a Karen. Que clase de suerte tengo Dios Mío.


Entendía que ella y Karen no se agradaran, eran del todo diferentes, Karen se negaba al rechazo alegando que ella era lo suficientemente bonita como para ser rechazada.


Mierda.


¿Que podía decirle ahora después que había frustrado mis planes de hablar con Marvel? Estaba pensando demasiado, Karen estaba frente a mi.


-¿Y bien?


-Lo siento no puedo- dije lo mas serio que pude - No me interesas así.


-¿Porque no?


-No se. Solo no me gustas.


-¿Me estas rechazando? -dijo muy molesta y al mismo avergonzada, toda la seguridad con la que vino se desvaneció de golpe.


-Totalmente, por cierto estoy ocupado y no tengo tiempo quería hablar con alguien.


Me sentí un poco mal por haberla tratado mal a ella, pero me molestó el hecho de que hablara mal de ella. En realidad no estaba ocupado sólo ya no quería estar con ella, tuve la vana esperanza que Marvel siguiera sola pero estaba riendo con Ellis.


Sin pensar en que Karen descubriera que no estaba ocupado me fui a sentar cerca de la cancha, pensando.

En serio acababa de rechazar a una chica por una a la que no le hablaba, ahora que gracia tenía decir que no me gustaba, acababa de entender que ella sí me gustaba , y me estaba volviendo loco.


A lo mejor y ni se sabía mi nombre, ¿y si le preguntaba a Carlos si ella me conocía? No, el podría decirle algo, y quedaría muy mal.


¡AAAAH! Desgraciada chica que parece niño. Va a enloquecerme.


*Suena el timbre* Debo subir a clases de Idiomas.

Necesito despejar la mente de todo.


Justo cuando decidí que dejaría de pensar tanto en ella, el profesor dijo que los estudiantes de la sección 2-3 llegarían a presentar una tarea frente a nosotros. GENIAL.


Entraron los estudiantes y uno a uno comenzaron a pasar a exponer su clase de idioma. Debían hablar sobre su país favorito.

Marvel pasó de número 5, justo después de Ellis, ella hablaría sobre Corea.

Nada sorprendente, todo el mundo sabía que eso le gustaba.

Ella manejaba el inglés y no podía apartar mi vista de ella.

Y pareciera que ella ni me nota.



Será que algún día en serio, me dirigirá la palabra, estará ahí para mí.

Comienzo a dudarlo.

TOMBOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora