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Narra Grecia Evans

Tomé a Celeste por los brazos bruscamente y la agite un poco. 

—Dime ¿Dónde están? ¿Por qué no vuelven?

Ella suspiro y note como la tenía por los brazos, la solté lentamente.

—Luca me habló un poco de su plan —fruncí el ceño en su dirección, pero antes de poder decir algo ella continúo —Quiere... Quiere matar a Albert

Cubrí mi boca con mis manos, me sorprendía un poco. Mi hermano a estas alturas había hecho muchas cosas inesperadas, pero esto, matar, no quería que mi hermano fuera un asesino.

—¿Dejaste que lo hiciera?... Dejaste que cumpliera con sus planes, tu...

—No iba a detenerlo y lo sabes... —me miró a los ojos

—¿Por qué se llevó a Fabián? Estoy segura que él jamás quiso...

—¡No lo sé! Al igual que tú también estoy angustiada. Tengo tres hijos que no paran de preguntar por su papá. Al igual que tú, tengo que lidiar con ellos sola, porque su papá tomó esta decisión a la ligera y...

—Celeste —la rodeé con mis brazos envolviéndola con mis brazos —¿Dónde están? —la mire a los ojos —Dime ¿Dónde están?

—Creo que... Dallas —suspiré

—¿Texas? —ella asintió —¿Por qué esperaste tanto tiempo para decirme? —dije con tono dolido

—Porque fui a Dallas y no lo encontré dónde dijo que estaría —habló con voz rota

—¿Qué? —negué con lágrimas en mis ojos —¿De... de qué hablas? ¿A qué te refieres?

—No sé dónde está Luca. No encontré a nadie

—pero...¿Le llamaste? ¿No lo buscaste? Tu...

Hale mi cabello con frustración y solté un par de maldiciones por lo bajo. Oí el llanto de mi hija así que me recompuse en mi puesto.

Ahora no podía hacer nada, solo una idea se me ocurrió.

—Mañana voy a Dallas —negó —Si, tengo que ir, tengo que saber algo Celeste

Ella tragó

—Esta bien, pero voy contigo

—De acuerdo


•°•°•°•°•


Mis padres, sobrinos y Celeste se quedarían. Estaba en la habitación con Jake y Hazel, la cual dormía sobre la cama rodeada de almohadas.

Jake veía televisión mientras comía galletas de canela, estaba más tranquilo, aunque el hecho de dejarlo me alteraba. Pero era lo que tenía que hacer.

Me acosté en la cama junto a la bebé, lucía tan indefensa y pequeña. No estaba muy acostumbrada a tratar con bebés, pero al verla me sentía tan vulnerable. Me había robado el corazón.

Bese su pequeña espalda y me acomodé junto a Jake, el cual ya había terminado su galleta.

—Oye —me gané su atención enseguida —Mañana haré un viaje —su semblante detonó sorpresa, pero antes que dijera algo seguí —Tienes que cuidar a tu hermana

—pero...

—Quizá solo sea un día Jake —tomé sus manos —Voy a buscar a tu papá —mordí mi labio inferior

—¿Vas a volver? Prométeme que vuelves, mamá —sus ojos suplicaban

—No, no llores mi amor. Sé que aún estás asustado por Albert y lo que pasó en la casa pero, eso no va a volver a pasar, te lo prometo. Intentaré volver con Fabián, y así estaremos todos juntos ¿Si?

Me dolía mucho ver cómo el niño fuerte e inteligente que era, y ahora, tenía mucho miedo de Albert. Lo habían lastimado y dijo cosas horrendas, se aterró mucho al verme con dolores de parto frente a él, y no podía hacer nada, mi hijo tenía un trauma.

—Cuida a Hazel. Tienes que ser muy valiente ¿Si?  ¿Te acuerdas cuando llegaste aquí? —asintió —Pues quiero que seas así, atento y cauteloso

Él suspiró y acarició mi mejilla con dulzura

—Voy a ser como papá.  Voy a cuidarla —besé su frente y lo pegue a mi con mi mucha fuerza

[...]

Al día siguiente me alisté para salir a Dallas, era un viaje largo; preparé una pequeña maleta y miré a mis hijos quienes dormían plácidamente. Hazel en su cuna y Jake sobre la cama. Iba a tomar la manilla para salir pero la voz de mi hijo me detuvo.

—Mamá —se sentó a orillas de la cama y me sonrió —¿Prometes traer a papá?

Tragué

Me acerqué. No quería darle falsas esperanzas, tenía que hablarle con la verdad. Me puse a su altura y suspiré

—No puedo prometerlo Jake —me miró decepcionado —Pero haré todo mi intento para encontrarlo...

—¿Y...y Albert? El abuelo Albert

Reconocía que ese hombre era el padre de Fabián. Pero desde que comenzó a temerle dejo de decirle papá.

—Él no te hará daño otra vez.

Antes doy mi vida

—Te lo prometo. Por ahora solo pórtate bien y cuida de tu hermanita —le guiñe un ojo

—De acuerdo

Luego de la plática con Jake bajé y me encontré con mis padres, suegros y Celeste.

Mi mamá y Alicia tenían una mirada de preocupación, me acerqué a mi suegra y tomé sus manos.

—Todo estará bien, solo... —las miré a ambas —...cuiden a los niños

—Claro

Horas después...

Llegamos a Dallas, TX y nos acomodamos en un hotel; empezaría a buscarlos dando como desaparecidos en hospitales y comisarías, tanto el nombre de Luca y Fabián serían difundidos.

Mientras tanto iríamos al lugar donde Celeste creía que estarían. 

Al llegar, noté que el lugar estaba lejos de la carretera, era un tipo de almacén, viejo y vacío, contaba con unos cuartos extraños.

Pasamos y juntas revisamos los cuartos, no tenían nada, uno de ellos solo tenía una silla.

—Miremos alrededor —hable esperanzada

Caminamos alrededor del lugar, llegamos a una pequeña pendiente, no era muy alta la caída pero tenía muchas rocas, las cuales se veían un poco filosas. 

Hale mi cabello con frustración y sentía como las lágrimas estaban al borde de salir pero las contuve.

—Tenemos  que buscar en los hospitales, vamos Grecia —tomó mi mano y volvimos a la carretera con la camioneta

Condujimos a la ciudad de nuevo; solo teníamos un día allí, casi oscurecía. Temía por ellos, Albert era alguien muy peligroso y si los mataba a ambos.

Habíamos dado nombres y apariencias físicas de ambos, en algún lugar tenían que estar.

Por mi mente pasaron estos nueve años... Tontamente los perdimos, ya que en un par de días bastó para hablar las cosas como eran, me dolía que antes de encontrarlo volvieran a pasar años.

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