Los problemas de los targaryen

VI

La relación de Viserys con su hija Rhaenyra se arruinó en el momento en el que presentó a su nueva novia.

— ¿No pudiste buscar a alguien de tu edad? — los ojos de Rhaenyra estaban rojos de tanto llorar, sus ojeras se marcaban horriblemente

— No entiendo hija — Viserys se sentó a su lado — Te hablé de ella y estuviste de acuerdo con nuestra diferencia de edad

— ¡No me dijiste que era mi novia a la que estabas follando como un maldito perro en celo! — su hija explotó en llanto

— ¿Qué? ¿Tu no-novia? — Viserys estaba perplejo no lo entendía

— Ya no importa padre — limpió sus mocos con su brazo y se levantó de su lugar — Me iré a vivir con la familia de mi mamá. No pienso quedarme en esta casa un minuto más

— ¡Hija! ¡Vuelve aquí Rhaenyra! — Viserys Suplicó en vano pues su hija no volvió a verlo nunca más

No fue hasta que nació Aegon, su medio hermano, que Rhaenyra fue a visitarlos.

— Hija...— su padre la abrazo — Me alegra tanto que hayas venido, mi vida — besó sus mejillas

— Padre — le regresó el abrazo — Tenemos que hablar — sujetó sus antebrazos y lo guío hasta su antigua habitación

— ¿Qué pasó hija?

— Yo...— suspiro— Estoy embarazada papá

La sorpresa se reflejo en los ojos de su padre y las lágrimas no tardaron en salir.

— Oh mi bella hija — abrazo — ¿Quién es el afortunado?

— Umm — risita — Creo que lo conoces bastante bien — se miraron fijamente — Harwin Strong, el hijo de tu asistente

— Hija...— Viserys se rió ruidosamente— Siempre supe que sus miradas no eran de amistad. ¿Cómo lo conociste?

— Bueno pues todo empezó cuando me caí de la bicicleta, ¿Lo recuerdas? — ambos rieron

— ¿Cómo podría olvidar ese escándalo? Todas las redes sociales se enteraron de ese incidente

Su conversación padre e hija continúo sin saber que Alicent estaba escuchando todo a través de la puerta mientras lloraba y su corazón estaba hecho trizas al escuchar como su Rhaenyra hablaba de ese hombre. 

A partir de ese momento empezó a odiar a Rhaenyra y todo lo que tuviera que ver con ella incluyendo a su esposo que con el pasar de los años hizo a un lado a los hijos que ella le dió.

                                    
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Incluso cuando le confesó su deseo de tener un hijo varón para poder dejarle toda la herencia y que ella le haya dado a ese hijo él nunca los volteó a ver. No de la misma forma en la que ve a la hija que le dió su primera esposa.

— Debes intentarlo más — Otto estaba enfurecido de que no haya Sido él, el elegido para ser asistente del hombre plateado — Toda la herencia debe ser mía — Carraspeó — Digo, nuestra

— Hago todo lo que puedo padre — Alicent le hablaba con la cabeza gacha y la ira rugiendo en su interior

— No es suficiente— azotó la mesa con sus manos — ¡Nunca es suficiente! ¡Ahora ve ahí y seduce a ese maldito viejo que no tienes tetas y un coño para nada!

— Sí padre — Alicent salió corriendo e hizo todo lo posible para cumplir con las demandas de su padre

Nunca consiguió hacer que Viserys cambiase de opinión acerca de su heredero y su hijo mayor no parecía interesado en los negocios de su padre.