Juntos y Viviendo

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Problemas en casa

El regresar al otro día, Mila, tuvo una acalorada discusión con madre a causa de aquella insurrección, María siempre buscaba protegerla, sabía que ella no era fácil, era entendible en ese aspecto, el único problema es que a veces hería sus sentimientos. Como en aquel entonces, Mila, llamo a Alessandro entre llantos, por lo dolida que le había hecho sentir su madre y le pregunto si podían verse, Alessandro le dijo que si, y salió a interceptarla de camino a casa. Mila desde aquel entonces comenzó a crear cierta dependencia emocional con Alessandro, ella sentía que era la única persona que le entendía y le pasaba la mano siempre que le ocurría algo. Pues ambos se acostaban y en la cama y hablaban ambos de sus vidas, Alessandro y Mila querían conocerse bien a fondo porque iban a empezar una relación y ambos fueron contándose su pasado. Mila por su parte, usualmente había sido utilizada por los hombres, para tener sexo. Siempre sentía eso a excepción de unos pocos que, si la hicieron sentir valiosa, pero su hombre de ahora es Alessandro y solía pedirle de favor que nunca se aprovechara y la hiciera sentir así de nuevo, ella quería confiar en él y él quería confiar en ella y estar solo con ella.

Así pasaron un mes de relación muy bonito, parecía que no tenían defectos ninguno de los dos y ya iba siendo hora de que Alessandro conociera a la familia de Mila, ella le pidió que esperara a la vista de padre Héctor. Vendría en tan solo unos días y él sería mucho más flexible que su madre. Alessandro ya pensaba en la mala reputación que debía de tener María de él. Tendría que ir preparado para dar lo mejor de sí. Mientras tanto, como ambos estaban de vacaciones Mila, se quedaba uno que otro día, pero igualmente pasaban los días de 3 a 5 polvos como siempre, gran parte de la relación giraba en torno al sexo. Eran unos muchachos sin responsabilidades grandes y muy enamorados, el uno del otro, así que el mundo se podía estar cayendo que pasaban sus días juntos y abrazados.

Presentando al novio

Con la llegada de Héctor, el padre de Mila, Mila le contó acerca de Alessandro y que deseaba que lo conocieran, que por primera vez sentía que tenía una relación con un muchacho maduro y educado. Y que él caería bien y sabría comportarse a diferencia de experiencias anteriores. Héctor aceptó.

Llegado el día, Alessandro visito por primera vez la casa de Mila. Al llegar llamo a Mila para que le recibiera y ella le recibió con un vestido negro, que la hacía lucir muy atractiva, cuando se acercaron se besaron, Alessandro solo podía pensar en lo afortunado que sentía en tener una relación con una chica que le gustara tanto. Al adentrarse en el hogar fue recibido por los padres de Mila, Héctor se mostró más accesible a Alessandro, María apenas le saludó (Alessandro era consciente de lo complicada que sería tenerla de suegra).

Sin embargo, conoció a Pedro, hermano de Mila, Alessandro simpatizó con el adolescente por la afición de ambos a los videojuegos. Aquella noche Alessandro ceno, junto a toda la familia de Mila, y cayó bastante bien, el padre hacía algunas preguntas simples, como qué estudiaba, su edad y tal, la madre se comportó un tanto distante. Pero todo bien en general, antes de despedirse, Mila le confesó que causo una buena impresión. Y que estaba muy feliz de ello. Que tenia muchos deseos de dormir con él, pero debía de pasar días con su padre.

Tiempo en calma

Aquella no fue la última vez, que visitara la casa de Mila. En días posteriores, visito un par de veces más e incluso comenzar a dialogar ya con la madre de Mila y pudo notar que era una persona tranquila, pero un tanto retrógrada. Comenzó a pasar tiempo con el hermano de Mila, jugando en su consola y también conoció bastante a Héctor el cual era un hombre bastante simple y dedicado a su familia, emigro por el motivo de darle un futuro mejor a su familia en los Estados Unidos, quería tenerles cerca, pero era importante darles un gran futuro a sus hijos. Mila sentía fuertemente la ausencia de su padre, él se marchó cuando Mila apenas tenía 13 años, y desde entonces le extrañaba mucho y sufría su ausencia, pues quien mejor la entendía era su padre, María era un tanto recia y siempre le costó comunicar sus sentimientos.

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