CAP 04

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¡¿Será que un fantasma maligno entró al cuerpo de Wèi WúXiàn?!.

Entonces tendré que pedir ayuda a los Lán....

Wèi Ying caminaba por las calles de Caiyi.

Se detuvo en el puesto de la sonrisa del emperador.

" Hola joven, le gustaría comprar la sonrisa del emperador? ".

" Deme veinte jarras por favor ". Wèi Ying saco tres tael de plata y de una vez lo pago.

El señor del puesto se sorprendió pero aún así saco las veinte jarras.

" Le gustaría que le ayudará a llevar a un lugar o se las va a llevar usted solo? ". Pregunto amable y guardo los tres tael de plata.

" No gracias ". Wèi Ying sacó una bolsa Qiankun roja y guardo todas las jarras de la sonrisa del emperador en ella.

Luego siguió caminando.

Dejando al dueño del puesto sorprendido.

Wèi Ying compró papel, tinta, pincel, especies y una cinta blanca.

Llegó a la habitación de la posada y no vió a Jiāng Cheng.

Así que lleno la tina de madera con agua y puso el biombo.

Se quitó la túnica y se metió al baño solo con pantalón.

Suspiró, es tan cómodo.

Lo bueno de volver es que no tengo la marca del clan Wēn en mi pecho y no tengo cicatrices en mi cuerpo.

Wèi Ying se terminó de bañar y se puso una túnica morada, la que caracteriza a los discípulo Jiāng.

Se secó su largo cabello con energía espiritual y se lo amarró con la cinta blanca.

Wèi Ying estaba listo para bajar a cenar.

Bajo y se sentó en una mesa vacía y pidió verduras y arroz.

Luego comió en silencio.

Creo que debería ir a comprar frutas para poder comer en Cloud Recess.

Gracias a los Dioses que ahí no comen carne.

Eso era lo único bueno que podía pensar Wèi Ying de Cloud Recess.

Terminó y les dijo a los discípulos que saldría por si Jiāng Cheng pregunta dónde está.

Se compró un tiangulu y luego compro duraznos, nísperos, manzanas, fresas, uvas y cerezas.

Luego miro los demás puestos mientras se iba comiendo el tiangulu.

Ya tengo todo lo necesario y no creo que me falte nada más.

Wèi Ying decidió regresar a la posada y dormirse.

Ya que mañana se levantaría a las cinco de la mañana.

Wèi Ying regresó y vió a un Jiāng Cheng hablar con los discípulos y el solo subió a su habitación.

Desenrollo la colcha y se acostó.

Son las nueve... Suspiró, seguro mañana me toca levantar a todos.

Y sin más se durmió.

Wèi Ying se despertó y miro la venta.

Mm son las cinco.

Entonces vió a Jiāng Cheng bien dormido en la cama tapado con la colcha.

Suspiró, bueno que más da.

En serio eres tú? RuoYingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora