Capítulo 23: Algo que jamás hubiera pensado

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Limpiamos y nos vestimos antes de salir del salón tomados de la mano, le pedí que me mostrara la casa e iniciamos con el recorrido por la enorme cocina que estaba a un lado del salón, después seguía el comedor, la sala, bajamos unas escaleras y llegamos a la piscina que era iluminada por la luz de la luna llena que brillaba en lo alto del cielo.

— ¿Qué te parecería nadar un poco? — sugirió abrazándome.

— Suena bien, pero tendríamos que subir a ponernos el traje de baño.

— ¿Y quién dijo que forzosamente se necesita traje de baño para nadar? — exclamó sonriéndome con esa típica osadía en su rostro.

— No, no, no, eso no lo haré.

— Anda, será divertido.

— Jeno, además de tu familia, hay quien sabe cuántas personas trabajando.

— Pero no tienen por qué venir aquí, además supongo que ya se irán a dormir.

— Eso es lo que tú y yo deberíamos de hacer también.

— Pero, después de nadar, anda corazón, sólo un ratito, te aseguro que nadie se enterará, seguro que todos deben estar haciendo lo mismo que tú y yo.

— ¡Jeno!, ¿no tienes respeto por tu familia?

— Claro que lo tengo, pero eso no me impide ver la realidad, Renjun, ¿de dónde crees que salimos mis hermanos y yo?, ¿por qué crees que Jungwoo está embarazada?

— No pongas esas imágenes en mi cabeza, por favor.

— No te asustes corazón, desde niño me enseñaron a ver el sexo de lo más natural, tal cual es, una función del cuerpo y no tiene nada de malo hacerlo, al contrario, así que vamos a la piscina.

— Pero, ¿cómo vamos a atravesar la casa todos mojados para llegar a la habitación?

— No te preocupes por eso, ¿ves este mueble? — dijo y se paró frente a uno pequeño que no había visto — aquí se guardan las toallas — explicó en tanto abría la puertita y sacaba dos — ¿lo ves?, asunto arreglado.

— Que loco estás — exclamé sonriendo y moviendo la cabeza.

— Ya sabes bien la razón de mi locura — respondió y se quitó toda la ropa — ¿te ayudo?

— No, gracias, yo puedo solo — dije y me despojé también de toda mi ropa.

Jeno se aventó un clavado casi perfecto mientras que yo caminé a la escalera para bajar, sintiendo como el viento acariciaba mi cuerpo y erizaba mi piel. Cuando entré a la piscina Jeno me recibió, el agua estaba un poco fría y me sugirió que diéramos algunas vueltas para acostumbrarnos a la temperatura. Acepté, pero le dije que no era muy buen nadador y me respondió que no era una competencia, así que nos sumergimos y nadamos hasta el otro extremo y de regreso. Jeno llegó primero y me esperó, me echó agua al llegar y yo le devolví la maniobra, estuvimos jugando un rato hasta que me di por vencido y volvimos a nadar al otro lado y otra vez de regreso.

En esta ocasión, Jeno me tendió sus brazos, le tomé las manos y me acerqué a él, puso mis manos alrededor de su cuello y bajó las de él a mi espalda, nos fundimos en un apasionado beso por varios minutos hasta que Jeno lo rompió para deslizar sus labios a mi cuello en tanto acariciaba uno de mis pezones por debajo del agua, lo cual producía una reacción más excitante así que deslicé mi mano por su torso hasta llegar a su miembro que empecé a acariciar y sentí como respondía en mi mano.

Volvimos a besarnos y después él me recargó en la esquina de la piscina, con una mano me sostuve del barandal de la escalera y lo rodeé con mis piernas por su cintura y él entro en mí al igual que un poco de agua que hizo más placentera la sensación. Puso una de sus manos también en el barandal y comenzó a moverse exquisitamente mientras me miraba con esa sonrisa retorcida que adoraba.

¿Estás libre esta noche? | Jeno & Renjun | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora