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| Solo Gojo y Geto entrando a la adolescencia, encontrandose con el mismo hombre, sentado en la misma banca por varios meses solo que con la diferencia de que su barriga es cada vez mas grande |
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¤ Historia Omegaverse...
Dos semanas tuvieron que pasar para que al fin se dignaran a acercarse más al hombre misterioso o a como ellos decidieron nombrar "patata", idea de su amiga Shoko Ieiri, así podian hablar de el sin que nadie entendiera.
Viendo a patata más de cerca podían distinguir mejor sus fracciones, como sus cabellos negros, su gran musculatura y su escasa variedad en vestimenta, ocupando casi siempre una chaqueta marrón junto con unos pantalones negros al estar en febrero no había mucho que destacar, aunque no siempre se encontraba solo en la banca, podían verlo con una mujer atractiva con una forma muy diferente de vestir. Su forma de actuar era muy diferente a la de él, podrían decir que eran polos opuestos, la chica era realmente hermosa, su cabello salvaje junto con su carismática actitud la hacia resaltar de toda la multitud de personas en el parque, siempre buscando contacto, mientras que patata no destacaba mucho en la multitud, al contrario, parecía que lo que hacia era alejar a las personas a su alrededor y como no hacerlo si su cara no era la mejor para tener confianza.
Su cara da miedo... — menciono al aire Geto — ¿cómo ese hombre conoció a una mujer como ella? No tiene mucho sentido...
No muchas cosas en esta vida tienen sentido Suguru — el peli-blanco soltó un suspiro mientras dejaba de mirar y reposaba su espalda en el árbol.
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Oye Gojo, creo que no deberias seguir viendo lo así — Getou vio preocupado a su amigo al notar que en ningún momento de la conversación giro su cabeza para verlo, solo mirando fijamente al otro pelinegro.
Tu no lo entiendes Geto, hay algo muy raro en el, — por fin habia hablado el peli-blanco — hay algo en él que me llama, una cosa muy... Jsjjssjjajajsj — solto una carcajada luego de ver a su amigo quedarse congelado por lo que habia dicho.
¿Él te gusta? — exclama serio.
¡¡Por supuesto que no!! — aun por la pregunta no pudo detener la risa.
