//𝐈𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋//

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CHAPTER 7: "¿TE GUSTO?"

— Puedo pasar?—dijo Gavi abriendo cuidadosamente la puerta del baño y hablando en un tono muy suave y preocupado.

Ainhoa no podía hablar, pero no por que no quisiera, si no por que el ataque de ansiedad que estaba teniendo se lo impedía.

A Gavi le asustó que la chica no dijera nada así que optó por entrar y cerrar la puerta tras él.

— Hey, ¿tranquila, vale? — dijo Gavi suavemente mientras acariciaba el brazo de Ainhoa. Esta abrazaba fuertemente sus piernas mientras miraba al frente con los ojos aguados. — No, no, venga, ya esta... ya pasó...— empezó a calmarla el Sevillano mientras la rodeaba con sus brazos y cerraba la puerta del cubículo detrás de él.

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Mientras, África le contaba todo a Pedri un poco agobiada.

— Es raro. Desde que sabía que íbamos al Camp Nou para veros estuvo rara. Se pasaba mucho tiempo delante del espejo. No le decía nada, pensaba que era normal, es decir, iba a ver a su obsesión en persona. — Pedri puso una mueca deseando que la obsesión de Ainhoa fuese la de África, sin saber que todo era una gran confusión.— Pero se volvió realmente enfermizo. Hasta llegar a este punto.

A la rubia se le escapó una lágrima mientras deseaba que su amiga se encontrase bien. Pedri, al la abrazó fuertemente. Ambos se encontraban fuera del restaurante, pues ya no había cena posible. Se unieron en un abrazó que la rubia interrumpió. 

— ¿No están tardando mucho? — dijo separándose para poder verle la cara al canario.

 — No se...— antes de que Pedri pudiese concluir, Gavi apareció por la puerta del restaurante con Ainhoa cogida por los hombros.

— Será mejor que vayamos a vuestra casa.— dijo Gavi mientras se dirigía al coche de Pedri sin perder ni un minuto.

— Yo te doy las indicaciones.— dijo África hacia el canario para empezar a andar detrás de su mejor amiga y el número seis del Barça seguida de Pedri.

Cuando entraron en el coche el ambiente era tensísimo. 

El único ruido que se escuchaba era la radio de fondo, muy muy bajita y, de vez en cuando, algunos sollozos por parte de la pelinegra. A África le dolía saber que no podía hacer nada y se tenía que quedar ahí, sentada, indicándole a Pedri por donde ir. A lo mejor era de lo que servía de utilidad en estos instantes. El canario, al notarlo, decidió calmar a su copiloto apoyando una de su mano en su muslo y quitarla de vez en cuando para cambiar de marcha.

Una vez llegaron al apartamento y África abrió con dificultad por los nervios, Ainhoa y Gavi entraron a este. África le señaló a Gavi donde estaba el dormitorio de la pelinegra para que esta pudiese dormir a gusto.

Pablo entró con la pelinegra la dormitorio y la dejó reposar sobre la cama lentamente. Como llevaba aún los tacones, Gavi se los quitó y la acomodó del todo en la cama tapándola. Antes de cruzar la puerta, Ainhoa habló.

— No te vayas... quédate conmigo, por favor.— suplicó Ainhoa. Gavi sonrió enternecido, pues la pelinegra estaba medio dormida y eso le causaba ternura. Él asintió como dándola a entender que si se quedaría y se quitó la chaqueta junto a la camiseta para quedar solo en ropa interior. Entró en las sábanas junto a Ainhoa y la abrazó por la cintura mientras que ella se escondía en su cuello. 

Gavi, habitualmente cuando salía con chicas, solía ser para liarse y luego si te he visto no me acuerdo. Pero esta vez era distinto. Cada vez que veía a Ainhoa se le aceleraba el pulso, se notaba nervioso aunque no lo notase y su imaginación jugaba a su antojo con cosas que Gavi prefería olvidar aunque admitiría que son cosas que le gustaría hacer con la pelinegra.

Le quitó un mechón de pelo de la cara y ahí es cuando notó que Ainhoa estaba profundamente dormida.

— ¿Qué me estás haciendo? — suspiró Gavi acariciándola suavemente la mejilla.

Pronto, el también quedó dormido.

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— Seguro que se ha quedado durmiendo con él.— dijo África sentada en el sillón al lado de Pedri.

— Tiene toda la pinta.— suspiró este.

Hubo unos minutos de silencio hasta que Pedri habló.

— ¿Esas de ahí sois tú y Ainhoa? — pregunto mirando hacia un cuadro que había en la sala de estar.

— Si. Teníamos ahí doce años.— sonrió la rubia melancólica recordando cuando eran pequeñas. Pedri sonrió y miró hacia la rubia. Esta imitó su acción. — ¿Quieres ver una peli? — preguntó rompiendo el silencio.

— Vale.— sonrió Pedri.

— Yo hago las palomitas.— sonrió devuelta África emocionada. Salió de la habitación sintiendo la mirada de Pedri en todo momento.

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Una vez echas las palomitas y antes de sentarse a ver la peli, Pedri habló.

— ¿Estás bien? Te noto distraída.— dijo este. 

— Si, estoy bien.— respondió África. La verdad es que seguía dándole vueltas a lo de la camiseta.

— Ahh, ya se lo que te pasa.— dijo el canario en un tono pícaro. África le miró con intriga.— Estás molesta porque cierto sevillano está durmiendo con una pelinegra.

— ¿Y eso por qué se supone que me tendría que molestar?— preguntó África un poco molesta, pero por la pregunta.

— Porque te gusta Gavi. Las camisetas, ¿no?

— ¿Qué? — África empezó a reir. Pedri enarcó una ceja al ver la reacción de la chica.— Que va. No tenían talla de mi camiseta, así que me quedé con la de Gavi y Ainhoa con la de Pedri.

— Así que... ¿te gusto? — preguntó Pedri con una sonrisa burlona en la cara. Al final, la estupidez de Gavi de "las tallas" era de verdad. África se quedó analizando la pregunta hasta que reaccionó.

— No.— empezó a reír.— Solo son camisetas, ¿sabes? — dijo intentando disimular el sonrojo de sus mejillas.

— Si, solo camisetas.— dijo Pedri, de nuevo, con el tono burlón. África rodó los ojos y le tiró un cojín a la cara. Pedri se tapó como pudo y luego siguió riendo a la par de la rubia.

— Además, tampoco te conozco tanto.— añadió la rubia. Se hizo un silencio eterno en el que ponían la película hasta que Pedri susurró:

— Dame tiempo, rubia.

Susurro que obviamente, África, escuchó.

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¿QUE TE HA PARECIDO AINHOA? uy pepi q travieso.

me costo demasiado ToT

Gracias por las visualizacionesss, las dos lo agradecemos un montooon :)