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Después de terminar de revisar unos documentos Fort se acostó en su cama para poder descansar, se movió inquieto en su lugar tratando de dormir sin conseguirlo.

—Maldición, todo mi departamento huele a ese tonto omega—por inercia suspiro haciendo que la esencia del castaño entrara por sus fosas nasales y sin darse cuenta logrando que su cuerpo se relajara poco a poco—galletas de naranjo ¿no?—sonrió cansado recordando lo mucho que las comía cuando era más joven— que olor tan inusual para un omega— cerró los ojos y por fin pudo dormir, respirando la adictiva esencia del omega-

(...)
La alarma de su móvil sonó indicando las seis en punto, Peat se levanto y fue a darse una ducha fría, tenía que buscar empleo así que empezaría desde temprano para poder lograrlo, no podía dejar que los recuerdos y sus pensamientos lo derrotaran, después de arreglarse tomo la ropa del alfa y la coloco en su bolso, tomo un vaso de leche con una manzana y salió, camino unas cuadras y tomo un bus para llegar más rápido, su primera parada fue una cafetería pequeña pero parecía muy agradable, entro pero no obtuvo suerte, de una lista tachó el nombre del local, siguió su recorrido, pasó por las cafeterías, boutiques, algunos restaurantes y nada. A las tres de la tarde revisó su lista y solo quedaban un par de lugares por visitar, limpio el sudor de su frente y siguió su recorrido, el reloj marcaba las cinco de la tarde cuando se dio cuenta que ese día no tendría suerte, todos los lugares a los que había ido no tuvo una respuesta positiva.

Caminando algo desanimado escucho su móvil sonar, lo saco y era el omega de la noche pasada.

-¿bueno?—escucho una risita del otro lado.

—pequeño peach ¿donde estás? Quise ir a tu departamento pero Boss no me dejo ir, dijo que era peligroso.

—oh, bueno, yo

—Anda, dime dónde estás, quiero verte.—Peat suspiro y le dio su ubicación— quédate ahí, paso por ti.

Después de unos minutos una camioneta blanca se estacionó frente a él, Noeul bajo el vidrio y le grito que se subiera, y así lo hizo.

—¿cómo estás pequeño?

—Bien...¿y tú?

—excelente— El estómago de Peat  interrumpió la conversación haciendo un fuerte ruido.— ¿no has comido?—el castaño se ruborizó y negó lentamente.—por dios, en este mismo momento iremos a comer de una vez.

Noeul lo llevo a un lindo restaurante pero el omega castaño se sintió preocupado ya que realmente no tenía dinero para pagar un lugar así, cuando el mesero llegó pidiendo su orden Peat pidió lo más barato que sus ojos pudieron ver en la carta pero aún así sería imposible de pagar por el mismo, estaba ideando un plan, tal vez si hablaba con el gerente podían llegar a un acuerdo, a él no le importaba lavar los trastes el omega pelirojo interrumpió sus pensamientos.

—Peach, pide lo que quieras, yo pagaré—el castaño negó.

—lo..lo siento, no..puedo aceptar eso..—el pelirojo sonrió enternecido— ¿cuantos años tienes?

—Tengo..23

—¿Que? ¿Eres mayor que yo?

—¿Cuantos..años tienes tú?
—21, pero bueno no importa, eres tan adorable que pensé que por lo menos tenías mi edad— la comida llego y ambos comieron mientras tenían una agradable platica, Noeul se sintió feliz, por primera vez pudo sentir que podría tener un amigo real, todos los omegas que se acercaban a él eran con la intención de obtener algo de su dinero o que los ayudara a salir con Fort pero Peat era diferente, era sincero y no veía malicia en el, a demás algo en él quería proteger al omega a pesar de este ser mayor, sus padres lo educaron de una manera que aunque tenían dinero siempre ayudaban a los demás.
Después de una pelea por parte de Noeul al querer pagar la cuenta y Peat negarse el pelirojo ganó.

—te llevare con Fort para que le devuelvas su ropa—Peat asintió.

Llegaron al hotel de Fort y ambos entraron preguntando por el a su asistente, al parecer estaba en una reunión en la sala de juntas, Noeul sonrío y tomo a Peat de la mano.

—ven vamos a esperarlo en su oficina

—pero..—Noeul no lo dejo hablar y lo condujo hasta la habitación, abrió la puerta para entrar.—¿tú amigo no se enojara si..entramos?

—no creo, Fort me deja hacer lo que quiero siempre, por cierto iré por unas cosas que olvide la vez pasada, espérame aquí—el castaño asintió y el omega pelirojo salió de la habitación.

Noeul camino un rato hasta llegar al pasillo de la sala de juntas, espero ahí un rato hasta que todos empezaron a salir, busco con la mirada a su novio hasta que lo vio saliendo junto a Fort.

—¡amorcito!—salto hasta Boss sorprendiéndolo.

—¿hey qué haces aquí pequeño?—el alfa lo abrazo de la cintura.

—vine a verte, quiero que me lleves a casa, estoy cansado— Noeul hizo un puchero.

—bien, nos vemos mañana Fort—El Alfa asintió

—lleva a Noeul con cuidado

—por supuesto

—adiós gruñón—Noeul se acerco a Fort hasta la altura de su oído y le susurró—en tu oficina hay una sorpresa para ti.

—¿de que demonios hablas?

—solo se amable, y cuida de él, adiós.

Fort suspiro cansado y se dirigió a su oficina, de su amigo se podía esperar cualquier cosa, abrió la puerta y un olor a galletas de naranjo lo invadió de golpe, miró hasta encontrar al dueño de ese increíble olor, estaba ahí sentado y en sus piernas tenía un bolso, el omega no se había percatado de él hasta que el olor a café recién molido llegó a él, giró rápidamente su cabeza para encontrarse con el alfa parado en la entrada, todo su ser tembló al encontrarse con la dura mirada que lo veía, un temblor se apoderó de él al darse cuenta que solo estaban ellos dos ahí, Fort cerró la puerta porque al paso que iba todo el hotel quedaría impregnado con el olor de ese omega, el mismo empezaba a sentirse mareado por lo fuerte que estaba siendo su olor y aunque el podía oler el miedo en el no dejaba de ser un olor agradable para el.

—huelo tu miedo

—y..yo....—Fort suspiro

—aunque no me agrades jamás haría nada que te lastimara, no soy esa clase de alfa—Peat suspiro tratando de calmarse un poco—si sigues soltando tu olor así por el miedo todo mi hotel olerá a ti—el alfa estaba mintiendo y el lo sabía, no le gustaba que bromeara con su olor, le dolía que se burlaran de él al no tener uno, como le dijo su mamá era alguien descompuesto e inaceptable— ahora hueles a tristeza— Peat se sorprendió, o el alfa era alguien muy observador o..no sabía que más pensar, ¿el de verdad sabía sus estados de ánimo?

—Yo...—Peat pensaba que decir hasta que recordó a qué vino a verlo—te traje..tu ropa—abrió su bolso y saco la playera y el pantalón aún doblados.

—no era necesario, pudiste quedártelo o tirarlo—el omega negó

—es tu ropa, tú decides que hacer con ella, yo no.—camino hasta quedar frente a él alfa pero aún así manteniendo su distancia, aunque el pelinegro lo ponía nervioso no le trasmitía ese temor que los demás alfas le trasmitían, le daba miedo si, era un alfa pero no al grado de sentir pánico, solo era un poco de miedo, el alfa lo intimidaba un poco—toma—estiró sus brazos con la ropa para que el alfa la tomara.

—ahora puedo respirar un poco más, tu olor se está tranquilizando— Peat se ruborizó—bueno no volveré a mencionar nada de tu olor, se esta haciendo fuerte otra vez.—tomo la ropa pero al ser sus manos grandes atrapo las pequeñas de Peat con las suyas. Ambos se miraron y se sintió como si una corriente los recorriera, los ojos del omega eran grandes y brillaban de una manera que Fort jamás había visto, ni en Noeul que era un omega bastante hermoso, los dedos de Fort se movieron tocando delicadamente la piel del castaño, era suave y delicada al tacto, el omega disfrutaba de las caricias en sus manos, hace mucho que nadie lo acariciaba con delicadeza, el omega suspiro y Fort se dio cuenta de lo que estaba haciendo así que retiró sus manos de las del omega haciendo a este ruborizarse por lo ocurrido.

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Aquí está nuevo Capítulo, espero les guste.

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Mi omega~FortPeat~ LuIC💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora