CAPÍTULO 10

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Volver a sus antiguas vidas fue emocionante y extraño a la vez. Las dos primeras semanas las pasaron intentando volver a la rutina. Esto incluía volver a encontrar su ritmo, como levantarse temprano por la mañana, intentar planear sus días, lavar la ropa y hacer las compras, estar cansados cuando volvían a casa por la noche. También el tratar de diariamente cenar juntos y acurrucarse en el sofá. Darse largas duchas juntos antes de que Jihoon empujara a Hyunsuk a la cama y le pusiera la boca encima.

La cama de Jihoon llevaba dos semanas completamente intacta cuando Hyunsuk sugirió que convirtieran la habitación en un estudio.

"Estás seguro?" pregunta Jihoon. "Quiero decir, quizás queramos mantener un dormitorio separado? Tal vez te canses de que duerma en el tuyo."

Hyunsuk lo mira completamente indiferente. "Llevo cuatro años viviendo contigo. Créeme, sé que no me cansaré de tenerte en mi cama."

Jihoon también se dió cuenta de que Hyunsuk tenía un talento único para ser francamente sincero en un momento e increíblemente tímido al siguiente. Soltaba las cosas más locas, pero se volvía tímido con Jihoon cada vez que decía que era hermoso.

Hyunsuk también se parecía mucho a un gato. Podía ignorar por completo a Jihoon durante la mayor parte del día, renunciar a contestar sus mensajes o enfocarse profundamente en un proyecto. Luego, como si algo cambiara en él, se lanzaba sobre Jihoon y se pasaba la tarde con la cara pegada a su cuello, respirándole, besándole suavemente.

Durante todos los años que había sido amigo de Hyunsuk, apenas se habían tocado más allá de uno que otro abrazo. Pero ahora que se había cruzado esa línea, Jihoon no comprendía cómo se las arregló  para pasar tanto tiempo resistiendo todos los pequeños impulsos de acariciar el pelo de Hyunsuk, tocarle la cara, besarlo dulcemente por la mañana, y más apasionadamente cada vez que Hyunsuk lo permitía.

Sus amigos los habían estado molestando para encontrarse con ellos en su cafetería favorita. Era sábado, y Jihoon y Hyunsuk pasaban una tranquila mañana juntos en la cama. Cuando decidieron levantarse, ambos decidieron saltarse el desayuno e ir a reunirse con los chicos directamente al lugar. Iban caminando de la mano, lo cual era algo que a lo que Jihoon aun no se acostumbraba y aún le parecía irreal pero que nunca le diría a Hyunsuk.

Pasaron por delante de una tienda de muebles cuando Hyunsuk se detiene. "Mira!" Se acerca al aparador y señala una elegante silla de escritorio. "Pensé que necesitarías algo así," dice Hyunsuk.

"Qué?" pregunta Jihoon, confundido.

"Para tu estudio," exclama Hyunsuk. "Para cuando terminemos la oficina."

"Una silla? Ya tengo una."

Hyunsuk pone los ojos en blanco, harto. "Una buena silla. Te pasas media vida en esa silla. Necesitas una buena. Como esta," continúa, señalando la silla. "Es ergonómica. Así no me tendré que preocupar acerca si tendrás problemas de espalda o tendinitis en tus veintes..."

Jihoon lo interrumpe con una carcajada. "Tendinitis?"

"Sí, tendinitis," insiste Hyunsuk. "Es cuando se te tensan los tendones. Te puede dar en el codo o en la muñeca, con todo lo que tecleas. Y no me hagas hablar de tu postura..."

Jihoon lo tira hacia él y lo interrumpe con un beso. Hyunsuk jadea sorprendido pero deja que Jihoon lo bese.

"Qué..."

"Dios, te amo tanto," dice Jihoon antes de darle otro beso.

Hyunsuk se queda completamente helado, con los ojos abiertos.

Jihoon se da cuenta tarde de lo que había dicho. Era la verdad, piensa. Lo ama. Ama a Hyunsuk. De las muchas, muchas maneras en que una persona puede amar. Luchó contra el pánico que se apoderó de él y decide decir la verdad.

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