Prólogo

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­­­­­ — ¡Jennie! —Gritó Lisa desde el primer piso de la casa

— ¿Si, Lisa? —Contestó Jennie desde su habitación

Jennie y Lisa viven en casas diferentes solo que esta vez Lisa pasó la noche en casa de Jennie

— ¡Me voy a trabajar, te veo en la noche para cenar! — Dijo Lisa dirigiéndose a la puerta apresuradamente cargando su abrigo y con las llaves del auto en la mano.

Lisa es dueña de un estudio de fotografía donde se pasa la mayor parte de su tiempo editando fotos.

Jennie con prisa baja al primer piso para alcanzar a Lisa en la puerta de su casa

— Oye, ¿te vas a ir sin darme un beso? — Dijo Jennie reteniendo a Lisa del brazo

Lisa sonríe levemente al escuchar las palabras de Jennie ya que esperaba que la retuviera en la puerta

— Nini tengo prisa, llegaré tarde al trabajo — Contestó Lisa con un tono apresurado

Jennie al escuchar las palabras de Lisa la jala del brazo levemente y pone a Lisa contra la pared sosteniéndola con ambas manos

—La otra noche me rogabas por mis besos y ahora ¿no me quieres dar ni uno? —Susurró Jennie mientras se acercaba lentamente a los labios de Lisa

Lisa pone su dedo en los labios de Jennie deteniéndola

—Jennie, en serio tengo prisa debo irme a trabajar, te veo en la noche —Dijo Lisa mientras se apartaba de la pared y se dirigía a la puerta.

Jennie un poco enojada suspira y cruza los brazos siguiendo con la mirada a Lisa que se dirigía hacia el auto

«No me gusta que me dejen así Manoban, esta me la voy a cobrar y espero que lo que estoy a punto de hacer te haga entender». Pensó Jennie mientras Lisa se aleja en el auto.

Algo que caracteriza a estas señoritas es que son extremadamente rencorosas, si una de las dos les hacen algo que no les gusta inmediatamente se desquitan con las cosas valiosas de la otra o hacen más cosas que no le gustan a la otra. 

Una vez Lisa llevó a Jennie a comer con sus padres, Lisa como pequeña travesura les dijo que Jennie amaba la pizza lo cual era mentira a Jennie no le gusta la pizza , cuando llegaron a la casas de los padres de Lisa estos los recibieron en la entrada con un abrazo y un beso en la mejilla a cada una. La mamá de Lisa se dirige a Jennie.

—Debes tener hambre, Lisa me dijo cuál era tu comida favorita así que lo preparé especialmente para ti — Dijo la mamá de Lisa con mucho entusiasmo.

—Gracias señora aprecio mucho el gesto— Respondió Jennie con amabilidad.

Todos entran a la casa y se dirigen a la cocina

—Tomen asiento en lo que traigo la comida— Dijo la mamá de Lisa mientras se dirigía al horno.

Jennie y Lisa se sentaron juntas, el papá de Lisa se sentó al otro lado de la mesa.

—Y bien, ¿Cómo han estado señoritas? Hace mucho que no vienen a comer a nuestra casa ya las extrañábamos— Dijo el papá de Lisa con una sonrisa.

—Hemos estado muy bien papá, con mucho trabajo por eso no podíamos venir a visitarlos— contestó Lisa.

—Me alegro bastante, espero que la comida que les hemos preparado hoy sea de su agrado—Dirigiendo la mirada el papá de Lisa a Jennie con una leve sonrisa. 

Jennie notaba que había algo extraño con Lisa pues estaba sonriendo más de lo usual, «Debe estar feliz por ver a sus padres después de un largo tiempo». Pensó Jennie inocentemente

Rencorosas Por AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora