Extra: Boda de Paulina y Leandro

¡A CASARSE SE HA DICHO!

Escena Onceava
Todos

LEANDRO estaba por terminar de vestirse cuando de repente, los botones de su saco SE desconcen y grita de pánico. BARTOLO lo escucha y llega para ayudarlo.

LEANDRO.  ¿Está seguro qué está quedando bien?

BARTOLO.   Sí, si sé, yo pasé con honores los cursos de sastrería.

LEANDRO.   Sí usted lo dice.

BARTOLO.  (Terminando de coser los botones del saco) Toma pues! Ha quedado! Vas a verte muy bien para tú dama!

LEANDRO.  (Se prueba el saco, le queda algo ajustado pero no dice nada, porque remarca su pecho) Ah sí, sí, se siente...curioso, se lo agradezco doctor.

BARTOLO.  Valgamé! No soy médico! Está noche soy padre de tú unión con la joven Paula.

LEANDRO.  Perdone usted buen señor.

Mientras tanto con la novia

PAULINA.  Andrea ha llegado el día en qué por fin alguien va a pedir tú opinión.

ANDREA.  Oiga! Eso me ofende...pero lo tomaré, ¿Qué necesita?

PAULINA.  (Da una vuelta en su eje, haciendo qué su vestido vuele con gracia y sonríe) ¿Me veo gorda y fea?

ANDREA.  Por supuesto qué no señorita! Se nota a primera vista qué tiene un buen cuerpo para satisfacer a su marido, en especial esas caderas, perfectas para parir (aplaude)

PAULINA.  .... (murmura) por eso nadie te habla

ANDREA.  ¿Qué dijo?

PAULINA.  Qué siempre tan amable! Gracias por tus palabras, ahora vamos, que se nos hace tarde.

ANDREA.  Claro! Hay una Boda por hacerse!

La ceremonia se lleva a cabo en un jardín cerca del pueblo, los novios concordaron en hacer una fiesta modesta y privada, por lo qué solo asisten amigos y familiares cercanos.

Todos ya están en sus puestos, los poetas cantan y los músicos cantan en sintonía mientras la novia camina a lo largo del pasillo natural de flores, quedando enfrente del padre Bartolo y al lado del amor de su vida. El padre comienza la ceremonia.

BARTOLO. Estamos aquí reunidos, hermanos, hermanas, para celebrar la bella unión entre estos dos jovenes de corazón valeroso y perseverante. De no haber sido por la terquedad de estos dos, está ceremonia jamás se hubiese dado.

D. JERÓNIMO.  Eso es verdad!

BARTOLO. No interrumpa mi monólogo!

D. JERÓNIMO.  Bueno!

BARTOLO.  Prosigo... Al estar presentes frente a tal magnáte de mi talla, son honrados con la veracidad de qué os uniré en sagrado matrimonio, así que bien, les hago la pregunta, ¿Aceptan pasar el resto de sus días con la persona qué tienen a lado, en los malos y buenos momentos, sin importa los problemas qué se atraviesen, enfrentarlos juntos y permanecer unidos por toda la eternidad?

PAULINA Y LEANDRO. (Se miran a los ojos, agarrados de la mano y pronuncían al unísono) Acepto!

BARTOLO.  Pues enhorabuena, vosotros estaías casados! (Avienta al aire flores) Ahora todos dirigirse a la cantina para celebrar!

LEANDRO.  Hasta el amanecer!!

TODOS LO INVITADOS.  Siiiiii!

D. JERÓNIMO.  Cada quien paga sus tragos!

TODOS LOS INVITADOS.  Nooooo!

LEANDRO.  Mentira! Va por cuenta de mi familia, Vamos gente, qué está celebración hay qué hacerla en grande!

TODOS LOS INVITADOS. Siiiii!

MARTINA. ¿A dondé me ha venido a meter este hombre? (Suspira)

FIN