parte III +18

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Después de leer esa nota y sentir como surgían emociones de mi estómago, fui a desayunar, para luego ir a ver el entrenamiento.

Ya en la cancha, me siento en unos bancos que estaban ahí, sin poder sacar la vista del jugador número 23.

-que lo miras tanto al dibu, te gusta?- me dijo bajito Enzo

-eh? que decis boludo, estoy mirando todo el entrenamiento, no solo a él- respondí

-claro, yo nací ayer, ojo con nuestro arquero- termino nuestra conversación mientras se iba corriendo a seguir entrenando

El entrenamiento concluyó cerca del atardecer, todos se dirigieron al vestuario, crucé una mirada con Emiliano y nada más, ni un hola. Me quedé sentada en el mismo banco esperando que Scaloni me diga de volver, ya que a la noche cenábamos todos juntos en el predio.

Me subí a la camioneta de mi papá y al finalizar el recorrido fui a mi habitación a prepararme. Me maquille y decidí ponerme un vestido color vino, bastante corto y con un escote en v.

me dirigí a donde estaban todos y se empezaron a escuchar gritos y silbidos en joda para molestar al entrenador.

-Dejen a mi hija en paz o la próxima los hago entrenar 10 horas seguidas- exclamó scaloni

-eeeeee estas re zarpado- grito otamendi

Después de todas esas bromas empezó la cena y algo que no podía faltar era el alcohol. Tragos van tragos vienen, empiezo a sentirme mucho más feliz y a reírme por estupideces y también sentirme mucho más desinhibida, pero como todos estaban igual que yo, no me importó mucho.

En un momento no aguantaba más, sentía que mi vejiga iba a explotar, así que decidir ir al baño. Entró, me miró al espejo y aparece Emiliano.

-¿Qué haces acá?- pregunto

-shhh, dios lo hermosa que estás me calló mientras acercaba los labios a los míos y ponía su rodilla en mi entrepierna.

-No, Emi acá no. No quiero que nos descubran, mi papá nos mata.- le digo alejándome de él. -Si queres después veni a mi habitación.

-Bueno, linda, pero ahora sentate al lado mío así se me hace más corta la espera- responde

Después de ese breve encuentro sale primero Emiliano y por fin puedo ir al baño, para salir en un rato yo.

Al haber algunos bailando, otros que se movieron de lugar para hablar, había sillas libres de más, así que me senté al lado de él, tal como me lo dijo.
Hablábamos sobre temas no muy relevantes, como cualquier conversación cuando empezas a conocer a alguien. Al rato, se suman Paredes, de Paul y Otamendi, sentandose al otro lado de la mesa de nosotros. El tema cambió rotundamente, empezaron a hablar sobre cosas que entendía a medias porque no los conocía hace tanto, pero igual me reía.

Emiliano comenzó a acariciar mi muslo, yo quedé tiesa por fuera, pero por dentro sentía como pequeñas chispas. Al no ver ninguna reacción mía empezó a acercar su mano a mi zona intima y luego a tocar por encima de mi tanga mi vagina mientras daba círculos y se acercaba al clitoris. Ya no sabía como disimularlo, abría un poco la boca con ganas de largar un gemido, pero por obvias razones no podía, estábamos en el medio de una conversación. Miré a Emiliano y no podía aguantar la risa de verme así, tenía esa sonrisa pícara que tanto me prendía.

-Estás bien, Almendra?- preguntó Paredes

-No, me voy a mi habitación, porque creo que voy a vomitar todo lo que tomé- respondí levantándome de la silla, caminando rápido a mi dormitorio, y en el medio le lancé una mirada a Emiliano.

-Voy a ver como está- le dijo a sus compañeros yendo detrás de mí.

Llegue a la habitación y a los segundos entró Emiliano.

-sos un hijo de puta, como vas a hacer eso?- comenté enojada

-si te encantó- respondió, agarrándome por el cuello para después empezar a besarnos.

El beso iba cada vez más intenso, con lengua, mordidas, y suspiros. Emiliano me levanta, me tira sobre la cama, para luego ponerse arriba mío y besar mis labios, mis cachetes, mi mandíbula y se quedo unos minutos en mi cuello. Volvió a mis labios y con su mano grande rodeó casi todo mi cuello, lo apretó un poco y solté un gemido ahogado.

-apa.... te gustó?- preguntó, a lo que asistí y eso provocó que sintiera un bulto.

Agarró mi vestido y me lo sacó, dejandome solamente en tanga, sonrió al ver mis pechos y empezó a agarrarlos y lamerlos, yo en en ese momento ya sabía lo mojada que estaba, no podía más, necesitaba que me tocara. Pero en cambio él, se lo tomaba con mucha paciencia, recorriendo cada parte de mi cuerpo, sin apuros.

Empiezo a desnudar a Emiliano, no soportaba más verlo vestido, le dejo solamente el bóxer para ir sin apuros, al ritmo de él, que era el que estaba al control, me quedo mirando el enorme bulto que tenia, me mira, sonríe y aparto la mirada haciendome la boluda.

Poco a poco comienza a bajar por mi abdomen dejando un rastro de besos, separa mis piernas y comienza a besarlos, también deja algunos por arriba de mi tanga.

-dale emi...- digo suspirando

-no seas impaciente, quiero mostrarte lo que es que te cogan bien- responde, levatando la cabeza para poder verme

Empieza a hacer círculos por mi vulva, mientras yo largaba unos pequeños gemidos, hasta que por fin saca mi tanga y mete dos dedos en mí, y comienza a lamer mi clitoris.

-emiliano... s seguí asi- grité

eso lo exitaba más, le encantaba que lo llamara por su nombre y se notaba, porque después de eso siguió con más empeño. Luego subió y empezamos a besarnos mientras tenía una mano en mi vagina y yo lo empecé a tocar a él.

-por favor... necesito que la metas... no aguanto más- dije entre gemidos

-asi me gusta, que me supliques...- y sin dudar empezó a penetrarme, lo que hizo que empiece a gemir en cada embestida.

-dios no puede ser lo buena que estas- exclamó mientras me dio vuelta, me puso en cuatro, tiro de mi pelo y empezó a meter y sacar su pene.

El ruido del choque de nuestros cuerpos retumbaba por todo el cuarto, menos mal que todos estaban bailando con la música al palo.

Después de unos minutos las paredes de mi vagina se empezaron a tensar y eso Emiliano claramente lo sintió, comenzó a ir más fuerte y terminó acabando en mí, mientras llegábamos al climax.

Se tiró al lado mio en la cama, me miro la cara y con su pulgar empezó a secar mis lagrimas que habian causado todo este placer, ahora lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones agitadas. Emiliano me agarra y me pone sobre su pecho mientras acariciaba mi cabello y mi espalda, haciendo que quede completamente relajada hasta caer profundamente dormida.









espero que les haya gustado :) hace mucho que no escribía porque no tenía muchas ganas y no quería hacerlo así no más.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2023 ⏰

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Burning desire- emiliano martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora