Renjun escuchó como tocaban la puerta, no le importaba, estaba tumbado boca abajo en su sofá, mirando hacia la mesita de noche toda empolvada. Su pequeña habitación, ya que no podía llamarse departamento a este reducido espacio necesitaba una limpieza profunda, siempre venia a limpiar y lavar una vez a la semana, pero dado a su falta de memoria... había también rechazado la idea de venir a investigar cuando Hyunjin le dijo donde estaban las llaves, había sido un estúpido, siempre había sido un estúpido, ingenuo idiota.—Renjun por favor, ábreme, sé que estás ahí —la voz de Jaehyun sonó amortiguada por la puerta, al igual que los gritos de la señora Choi amenazando que llamaría a la policía, eso sería una mala cosa, porque si la policía se presentaba terminaría también metiendo sus narices ahí y haciéndole preguntas que no quería contestar, solo quería estar solo, pensar, lamer sus heridas y esperar que algún día su corazón volviera a latir.
Suspirando se levantó, fue a abrir la puerta, parecía un zombi caminando, ojala pudiera estar histérico, llorando y gritando, pero no, fue como si todo dentro de él se hubiera vaciado no dejando ningún sentimiento, cuando el taxista lo dejo aquí fue como si todos sus sentimientos se los hubiera llevado él, las lágrimas que había estado tratando de controlar, jamás llegaron una vez que se derrumbó en el sofá, abrió la puerta para enfrentar al hombre que tanto lo perturbaba.
—Renjun, ¡Oh Gracias a Dios bebé! —Renjun no lo miro, en cambio clavo su vista en su anciana vecina, la cual sostenía el teléfono en una mano y a su viejo gato bajo el brazo.
—No hay necesidad que llame a la policía señora Choi, yo me encargo de esto.
—¿Estás seguro? Puedo llamar al portero para que lo eche a patadas —dudaba que pudiera, el portero del viejo edificio era más anciano que ella y ni siquiera podía escuchar.
—No es necesario, gracias, yo me encargo del caballero —ni siquiera pudo esforzar una sonrisa simplemente regreso a su apartamento sabiendo que Jaehyun lo seguiría. —No quiero que estés aquí, mañana pasare por mis cosas o puedo enviar a alguien por ellas.
No hacía falta ver a Jaehyun a la cara para saber el horror que estaba sintiendo al contemplar su departamento, no era más grande que su lujoso closet, en el mismo espacio se encontraba una cama individual, un viejo sofá, la minúscula cocina a un lado, no tenía comedor o encimera, siempre utilizaba la mesita del café, la puerta de un costado era el baño, era poca cosa, pero era su espacio, aunque sus padres siempre le ofrecieron ayuda él quiso bastarse por el mismo, con su trabajo había logrado pagar sus préstamos universitarios, y había estado ahorrando para mudarse a un lugar mejor, pero por idiota dejo su trabajo por seguir un sueño estúpido.
—Quiero explicarte...
—No quiero escuchar, solo quiero que te vayas, yo lo hice de tu apartamento, ¿Por qué no lo haces ahora tu del mío? Ni siquiera voy a preguntar como llegaste aquí, Lucas conoce muy bien el sitio, pero es mi espacio y no te quiero aquí, ya no necesito que te sientas culpable, he recordado todo —lo enfrentó, no se acobardaría, Renjun no había hecho nada malo.
—Tenemos que hablar.
—No tenemos, debes irte, yo tengo cosas que hacer —Renjun no podía seguir en su mismo espacio, se quitó furioso la corbata y la chaqueta, rebuscó en sus cajones hasta que encontró una sudadera.
—¿A dónde vas?
—No es de tu incumbencia —lo enfrentó de nuevo. —Tal vez vaya a prostituirme a la esquina, a lo mejor tengo suerte y un nuevo rico me recoja para llevarme a su castillo, después de todo creo tener un buen culo para eso —la furia era mejor que las lágrimas, una vez se juró no volver a llorar, él no era una dama delicada, era momento de sacar las uñas y demostrarle de una vez por todas a Jaehyun que no por el hecho de que dejara follarlo y ser siempre el de abajo era menos hombre.
—Cállate, no me gusta oírte hablar así, tú no eres una puta.
—¿No? —preguntó Renjun irónico. —No por usar la palabra elegante "Amante" quita el hecho de que soy solo un culo más al que joder.
—¡Ya basta!
—No, no basta, es la verdad, estoy cansado de ser la alfombra que siempre pisoteaste, yo te quise de verdad, deje todo por ti, y ¿Cómo me pagaste?
—Renjun...
—Nunca tuve valor para ti, jamás sentiste nada por mí, mientras yo estaba en casa esperándote tú te pavoneabas con medio mundo, me da asco solo de pensar que después de revolcarte con ellos venias y me follabas a mí, y yo soportaba todo porque te amaba, no conforme con eso, me acusaste de algo que no hice —ambos se miraron a los ojos, pudo ver el dolor en los ojos de Jaehyun, pero no retrocedería ahora, ya no sería el mismo tonto que soportaría todo por no perderlo, merecía más. —Ni siquiera me preguntaste si lo había hecho —dijo Renjun en un susurro.
—El correo...
—¿Me acusaba? —lo interrumpió —Pero ni siquiera me preguntaste, no me diste el beneficio de la duda, me sentenciaste solo porque un estúpido correo me señalaba culpable —Renjun se colocó la capucha de la sudadera, miro por última vez al hombre que amaba.
—Déjame explicarte...
—Adiós Jaehyun —dijo antes de salir y dejarlo parado en medio del pequeño agujero que llamaba hogar.