04

250 26 61
                                    

Más tonto de lo que pensaba.

Había terminado su rutina de noche, entonces se acostó en su cama para dormir cómoda. Tenía una pijama rosa con la imagen de un conejo, al recargar su cabeza contra la almohada pudo sentir el olor que su cabello desprendía por su shampoo.

El aroma de su cabello era muy característico de Lisa, al pasar al lado de las personas podían percibir su olor rico a coco y vainilla.

La joven había llorado tanto que sus ojos estaban muy cansados, en sólo 3 minutos cayó rendida en un sueño profundo. Y sí, es que la muerte de su mejor amigo no era nada fácil de sobrellevar. Lisa sabía que Yuno era Isabelitas, el famoso héroe de la ciudad que hace poco tuvo la muerte más trágica y deshonrosa de la actualidad.

Podía sentir vividamente ese día en que él le confesó que tenía poderes:

— ¿Por qué Isabelitas? Habían muchos nombres disponibles.

— Como los Isabelitas del Japón. Son aves asombrosas, quería algo con significado.

— Ya veo.

Yuumin... Ella propuso el nombre.

El ambiente se puso tensó al mencionar ese nombre.

...

Mientras que Lisa recordaba las viejas conversaciones entre sueños, Yuno la veía dormir desde la sombra. El joven se acercó a la cama con cautela, cortó la distancia entre ambos, solo para oler su cabello una última vez.

Sonrió con sinceridad.

No volvería a verla en un tiempo, y posiblemente cuando se encuentren de nuevo ella lo odie al descubrir la verdad.

Continuará...

« El complejo del héroe »

Una vez acordado los términos y condiciones del trabajo, Valentín se retiró de la gran oficina. Aún tenía que procesar que estaba pasando, se sentía mal al aceptar, toda esa situación le causaba inquietud, no quería eso. Él quería seguir trabajando con sus colegas, ayudar al señor Madrigal y de vez en cuando conversar un poco acerca de sus vidas personales.

Pero parecía que ahora la intimidad de su vida personal era su trabajo.

A este paso lo amenazarían también para casarse con Caín. Sintió una gran conmoción al pensar en eso.

Su mano fue tomada de nuevo y miró a la otra persona, Caín sonreía de manera tan radiante. Su trabajo comenzaba mañana, pero por recomendación del señor Forbes tenía que ir a la casa de Caín para familiarizarse con su nueva área de trabajo...

— ¿No se supone que tienes clases por la tarde?

— No pasa nada si falto un día. Creo que en mi carta mencioné que cambiaría de turno al matutino para poder estar juntos toda la tarde.

A Caín siempre le dio flojera levantarse temprano, pero por él podría levantarse antes que los pájaros y rendir todo el día.

Un carro bastante costoso se detuvo delante de ellos, Caín abrió la puerta y entró, arrastrando así a Valentín también.

— Este es mi tercer carro, es el que más me gusta de los 10 carros que tengo. Lo verás bastante cuando tengamos que salir a nuestras citas.

Quitando el terrible retorcijón que le causó la palabra "cita", un algo sonó en la cabeza del beta.

Perdón, persona equivocada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora