Silver Shoes

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Este fanfic nació como un drabble que había escrito hacía tiempo. Pero no pude evitar escribirlo como one-shot ahora que tenía la idea en la cabeza.

Fíjense por favor en la pic de portada, porque de eso tratará.

Advertencias: No recomendable para personas sensibles, pues anteriormente recibí críticas sobre que no les gustaba ver a Aomine de esta forma, así que leerlo corre bajo su propio riesgo.

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..::Silver Shoes::..

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No se sentía con ánimos de ir a aquella cancha de basquetbol callejera; en realidad no tenía ánimos de nada. No podía entender por qué a él le estaba pasando ese tipo de cosas tan difíciles; pero no iba a decir nada... no al menos enfrente de su esposo.

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Kagami Taiga se había dado cuenta de que amaba a Aomine Daiki en su segundo año de preparatoria, con aquellos frecuentes juegos entre ambos, aquellas escapadas a Maji Burguer, incluso los constantes intentos de Aomine de provocar en él enojo...

Cuando menos lo esperó se encontraba delineando la provocadora línea de los pectorales de su rival, o incluso paseando su mirada por aquella espalda y cintura de infarto... sin mencionar aquel trasero que podría lamer en cualquier momento... No era simple enamoramiento, sino también un deseo sexual que lo quería conducir a decirle a Aomine todos esos sentimientos en él.

No podía creer que se había fijado en su rival en todos los aspectos posibles; no podía creer que amaba ese egocentrismo, esas sonrisas sinceras y ese hermoso color de piel.

Pero no se atrevería a decir nada... no sabiendo cómo el as de  Tōō le encantaban las mujeres bellas y de buena 'delantera'; no quería atreverse a perder la estupenda relación de amistad que ambos tenían. Prefería morir con un silencioso dolor en su pecho que saber que Aomine podría no volverle a hablar jamás.

~*~

—Me gustas, Bakagami.

En un día nublado, con muchas probabilidades de lluvia, había escuchado esas palabras en labios del moreno, quien lo miraba fijamente, con mucha seguridad y seriedad.

Habían terminado su típico partido de basquetbol, y ahora era tiempo de ir a descansar a casa.

—Vamos, no juegues, Aho.— Kagami no le tomó mucha importancia a la confesión del moreno, pues pensaba que era una de tantas ocasiones en las que el de Tōō decía cualquier estupidez sólo para molestarlo. Así que, pasando aquella oración por alto, se dispuso a regresar a sus ocupaciones, abriendo su maleta deportiva tan rápido como pudo y tratando de sacar una toalla de ésta.

Pero fue detenido por una mano morena sobre su muñeca, e inevitablemente fijó sus orbes en los zafiros del otro chico, denotando sorpresa ante el agarre repentino.

—No estoy jugando.— Aomine no soltó la muñeca del otro chico, y tampoco borró aquella expresión de seguridad. —Me gustas... y mucho.—

El pelirrojo se soltó del agarre y retrocedió los mismos pasos que el moreno avanzaba, hasta que su espalda chocó contra la valla de acero del lugar.

No podía ocultar su estupefacción, y más cuando el de Tōō lo había arrinconado contra dicha valla y estaba invadiendo su espacio personal.

—Kagami...— Habló en un tono bajo —No creas que no me he dado cuenta de la forma en que me miras.

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⏰ Última actualización: May 24, 2015 ⏰

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