¡𝙋𝙤𝙧 𝙛𝙖𝙫𝙤𝙧,, 𝙄𝙧𝙪𝙢𝙖-𝙎𝙖𝙢𝙖!

¡Por favor Iruma-Sama,, déjeme tocar su antena!

Alice llevaba semanas -por no decir que incluso todo un año escolar- en querer hacer esa otra pregunta a su querido Don Iruma. Esa pregunta tan insistente que había rondado por su cabeza varias veces al día luego de que ambos se tomarán de las manos.

Quería preguntar a su adorado Iruma si podía tocar su antena. Una petición que quiso hacer después de ver cómo Clara la había tocado el otro día -claramente manipulando a Iruma con la palabra 'por favor' sin saberlo- junto con el resto de la clase anormal,, mientras hacia uso de su magia de fuego amenazando que el próximo que tocará a su señor no viviría para contarlo.

Y ahora estaba el trío amoroso en el lugar donde su adorado Iruma-Sama había creado el gran árbol de diferentes tonos rosados que descubrió llamaba Iruma un 'árbol de cerezo'. Hasta la fecha aquel árbol era demasiado hermoso como para que sus ojos pudieran apreciarlo por completo.

Caminan -y Clara salta de un lado a otro- sobre el colorido camino pintado de rosa por las hojas del árbol,, los tres entretenidos en la plática de la primera clase de ese año.

— ¡Don Iruma es usted realmente sorprendente!.— exclama Alice con emoción en su voz sosteniendo la canasta con comida entre sus manos,, mientras Iruma toma el mantel que Clara ha sacado de sus bolsillos mágicos.

— No es para tanto . . . — contesta nervioso mientras extiende el mantel a cuadros morados y blancos en el piso.

— ¡Irumachi siempre destaca!.— exclama Clara mientras se acomoda encima del mantel,, sentándose y sacando las cosas de la canasta.

— ¡Así es!,, ¡Me atrevo a decir que Iruma-sama pareciese que no fuera de este mundo!,, ¡Es completamente fabuloso!.— chilla emocionado Alice con un gran brillo en sus ojos rosas,, Iruma no puede evitar ahogarse con la botella que estaba bebiendo. — ¡Iruma-Sama!,, ¡¿Se encuentra?!. — pregunta preocupado el demonio rosa mientras Clara palmea la espalda de Iruma.

— s-si,, es-estoy bien.— contesta entrecortado,, tosiendo cada tanto mientras se recupera. Hace nuevamente una nota mental de que debe volver a no destacar nuevamente o a este paso lo descubrirán.

La tarde con el picnic demoníaco pasa tranquila,, los tres se divierten y ríen mientras comen lo que han traido. Eso hasta que en algún momento empezaron a jugar a "pierde la lengua o pierde la mano",, una variante al juego de "verdad o reto" conocido en el mundo humano.

Aunque sería mucho mejor si el juego no incluyera consigo una pequeña guillotina que bien podría rebajarle el dedo a alguien. Iruma traga saliva por acto de reflejo.

— ¡Pierde la lengua o pierde la mano!.— grita Clara apuntando a Azz.

— Pierdo la mano. — responde haz seguro de su decisión.

La chica del grupo ríe malévola cubriendo su sonrisa con la mano. Alice enarca una ceja cuestionandola. Iruma mira divertido y un tanto nervioso a ambos.

— ¡Pídele a Iruma que te deje tocar su antena!. — el mencionado salta en su lugar sorprendido tanto por lo dicho como por el grito.

— ¿Eh?.

— ¡¿Pero que idiotez estás diciendo estúpida Clara?!.— exclama alarmado,, una parte de si se encuentra emocionado,, mientras la otra pelea y grita como loco que no está bien. — ¡No voy a hacer algo que Iruma-sama no quiera!.

— Entonces pierde la mano. — responde la chica acercando la pequeña guillotina de juguete. La navaja del artefacto brilla demostrando lo filosa que esta.

Alice acerca uno de sus dedos al juguete,, dispuesto a aceptar el castigo del juego. Justo cuando está acomodando su dedo meñique que está a nada de perder un grito los detiene a ambos.

— ¡Esperen!— grita Iruma,, ambos demonios le miran curiosos.

— ¿Iruma-Sama?. — llama por su nombre a su señor,, demasiado confundido del por qué lo está deteniendo.

— A-Azz puede tocar mi cabello y mi antena,, no tengo ningún problema con ello. — responde rápido mientras toma la mano de Alice y la separa del juguete de la guillotina. — a-asi que no es necesario llegar a estos extremos . . . — responde asustado,, Iruma no podría vivir en paz sabiendo que alguien perdió un dedo por su culpa.

El demonio de la lujuria mira conmovido a su señor. ¡Algo bueno debió haber hecho en otra vida para poder tener la oportunidad de conocer a Iruma-Sama!.

— E-entonces,, si me lo permite . . . — Alice carraspea aclanrado su garganta para seguir hablando. —¡Por favor Iruma-Sama,, déjeme tocar su antena!.

El mencionado responde con un "si" inmediato como de costumbre. Alice acerca su mano derecha al cabello de Iruma,, acariciandolo y palmando los cabellos azules. El demonio no puede evitar sentirse maravillado mientras sus ojos brillan tocando la antena,, ¡Los cabellos de Don Iruma eran demasiado suaves y sedosos!.

Sigue pasando su mano por la cabeza del joven que mantiene la cabeza gacha con un ligero sonrojo en el rostro. Sentir que alguien tocaba su cabello era demasiado raro. Alice termina de tocar su cabello una vez que deja de jugar con su antena y para cuando lo hace sus cabellos quedan totalmente desordenados,, varios mechones de pelo le cubren los ojos.

— ¡Azz cumplió el reto!. — exclama la chica demonio. Los otros dos chicos se quedan en un silencio ligeramente perturbado por la alegre y activa presencia de Clara.

Ambos jóvenes se miran con pena por unos minutos antes de desviar miradas hacia otro lado. Iruma comienza a sentirse raro,, su corazón no deja de latir con fuerza,, mientras que Alice se limita a mirar la mano que tocó los mechones de cabello de Iruma. El demonio rosa hace la nota mental de que su mejor experiencia hasta ahora fue tocar el cabello de su señor.

Así es,, actualizar en la madrugada es mi estilo de vida :^).

Espero les haya gustado el capítulo,, ¡No se olviden de votar y comentar!.

¡Hasta pronto!.