「 06 」

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advertencia: este capítulo contiene temas sensibles!

Aquella casa, tenía dos puertas, las dos daban para las solitarias carreteras de las afueras de Seúl, Sunghoon incluso podía ver las luces azules y rojas de las patrullas

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Aquella casa, tenía dos puertas, las dos daban para las solitarias carreteras de las afueras de Seúl, Sunghoon incluso podía ver las luces azules y rojas de las patrullas. Abrió el cajón y chasqueó la lengua cuando se dio cuenta que no había ninguna arma con la que defenderse. Caminó rápidamente hasta la cocina, escuchando como los policías aporreaban su puerta, tomó un tubo de duro metal que siempre llevaba con él y miró la ventana de la cocina con cuidado de que no lo vieran.

Deseó que aquella casa tuviera otra puerta en la parte trasera, pero no era así y tenía que salir por delante, por suerte, los estúpidos justicieros sólo habían rodeado la puerta principal. Abrió la segunda puerta con cuidado, sin hacer mucho ruido, no miró atrás y trató con todas sus fuerzas en no pensar en Jake y casi lo logró, casi.

Salió de la casa negando repetidamente con la cabeza, aún tenía el carro que había robado por lo que subió con prisa y juntó los cables para que el motor rugiera segundos después. Arrancó con fuerza, haciendo que el color negro de las llantas pintara el grisáceo suelo. Admiró con una sonrisa como los policías volteaban a verlo con incredulidad. Asomó la cabeza por la ventana y agrandó su sonrisa.

—Alcancenme si pueden. —Y arrancó, sin esperar a ver que los policías lo siguieran.

La sonrisa que había puesto para darle arrogancia a su momento de escape, desapareció de su rostro al saber que probablemente Jake escaparía, que no lo volvería a ver y que también posiblemente lo atraparán.

Jodida buena suerte la suya.

Jake seguía recargado en la pared del cuarto, tan callado como podía, esperando escuchar algún ruido que lo hiciera salir corriendo del lugar como Sunghoon le había ordenado

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Jake seguía recargado en la pared del cuarto, tan callado como podía, esperando escuchar algún ruido que lo hiciera salir corriendo del lugar como Sunghoon le había ordenado. Era estúpido darse cuenta que estaba obedeciendo a su secuestrador pero... creía en él, creía en sus palabras y por eso seguía ahí, por esa razón no pensaba abandonar a Sunghoon.

El pánico lo inundó, ¿Qué haría ahora? Parecía que Sunghoon no esperaba las patrullas, parecía que más bien estaban escapando de otra persona, pero ¿De quién? Jake se separó de la pared cuando escuchó el sonido de las sirenas alejarse, sus piernas temblaban por el miedo de encontrarse con algo que no quería. Buscó con la mirada algo con lo que defenderse, sin embargo, no había absolutamente nada. Aun si nadie había entrado a la casa, él iría corriendo al club, en busca de ayuda, en busca de Jay.

𝗞𝗶𝗱𝗻𝗮𝗽𝗽𝗲𝗿 | sungjakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora