Mouri Ran

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Habían pasado más de dos horas desde que Ran había pedido su respectiva taza de café con leche a la camarera del local bajo la agencia de su padre. Volvió a suspirar mientras miraba el reloj de su muñeca y daba un sorbo a su café. ¿Dónde estaba el maldito de Shinichi? Se suponía que la reunión estaba pautada desde hace días y, como siempre, Shinichi seguramente se había quedado estancado en uno de los tantos casos que no podía negar.

Aún se preguntaba cómo es que seguían siendo amigos. Luego de que Shinichi soltase la bomba de la organización que lo estaba persiguiendo, prácticamente mientras almorzaban en un día cualquiera en el instituto, la reacción de Ran fue quedarse callada mientras procesaba toda la información para dejar paso a la cara roja producto de la cantidad de cosas que había hecho con Shinichi en el cuerpo de un niño.

Recordaba que le gritó un montón de insultos a su mejor amigo mientras este se dejaba hacer; también recordaba la sensación de humillación cada vez que pensaba en las veces que lloró por él en frente de Conan. Habían pasado meses mientras intentaba reorganizar sus ideas y cuando se sintió preparada, recibió la otra bomba. Un Shinichi avergonzado mientras le confesaba que estaba comenzando a sentir algo por otra persona. Ran estaba algo aturdida en ese momento — después de todo, lidiar con dos cosas de tanta magnitud hacían que su cabeza no se concentrara lo suficiente — dando paso a la indignación.

Estuvo meses intentando lidiar con eso y por fin se atrevió a hablar con Shinichi para resolver todo ese asunto y saber quién había separado a Shinichi de ella. Pero, como siempre, Shinichi se había olvidado de la hora a la que se suponía debía asistir.

La castaña frunció más los labios, comenzando a dar ligeros golpes al suelo con el tacón de sus sandalias. De verdad, que no entendía porque seguía esperando. Cuando iba a llamar a la camarera para pagar, escuchó el sonido de la campanilla de la puerta del local dejando ver a un hombre acalorado — seguramente por correr hacia acá — moviendo la mirada frenéticamente.

—Aquí, Shinichi —soltó Ran mientras sacudía su brazo en el aire. Shinichi pareció tomar un poco de aire para luego caminar hacia la chica.

—Lo siento Ran… Estuve ocupado con los papeles de un caso —mencionó apenado mientras se sentaba frente la mujer.

—¿Por qué será que no me sorprende, Shinichi? — murmuró mientras arrugaba la frente en un aspecto enojado.

Shinichi pareció reír, y Ran no pudo evitar sonreír ante eso. Sinceramente no podía estar enojada con él por mucho tiempo. Shinichi dejó su bolso a un lado y volvió a sonreír.

—De verdad lo siento Ran, no fue mi intención haber tardado tanto —murmuró apenado mientras se rascaba la parte posterior del cuello.

—Olvidalo, igual no esperé mucho. — Mentira , dijo su mente mientras la chica se esforzaba por no hacer un berrinche en pleno café—. Ahora, ya que tenemos la atención del otro. ¿Me dirás por qué nos reunimos aquí?.

Ran esperó pacientemente a que el detective hablara. Le resultaba algo extraño que en primera instancia Shinichi no hubiese hablado de una vez.

El buen novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora