Capítulo cuatro

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Ya es lunes, abro los ojos y miro la hora, me da el tiempo para todo. Voy a tomar una ducha, me siento placentera al sentir el agua correr por todo mi cuerpo, debido al estrés vivido esta semana. Salgo envolvida en una toalla blanca pálida y entro inmediatamente a mi cuarto. Abro mi ropero y saco un hermoso vestido blanco con un estampado muy lindo en sus puntas, fue mi padre, este vestido es regalo de mi padre, no quiero recordarlo así que lo saco rápidamente de mi cabeza; a pesar de eso me lo dejo puesto, esta muy fresco debido a que nunca lo use y estaba allí sin estrenar y en el rincón del ropero. Agarro unas zapatillas blancas y lindas y me las pongo en los pies. Me hago una coleta en mi larga cabellera rubia, me paso los dedos entre mi cabello, y me lavo la cara. Es en vano, porque acabo de ducharme, pero tener limpia tu cara nunca esta de menos. Bajo las escaleras suavemente para no ensuciar ni un poco de este vestido, pienso en que estoy demasiado arreglada para la escuela, pero quiero estar bien para que Liam me mire y olvide a Anastasia, llego a la planta baja de mi humilde casa, Conleth y mama están allí, mama cocinando y Conleth jugando con un chupete en la boca y un juguete de un auto de carreras. Me siento en una silla al lado de Conleth.

-Buenos días mama-digo.

-Hola hija-me contesta-Wow, estas muy guapa.

-Nunca esta de menos-le contesto.

-Pues claro que no-.-Te estoy preparando un rico desayuno-

-Mmm, que rico-

Me muestra unas tostadas muy bien tostadas y mucha mermelada de fresas untada en ellas, un vaso de zumo de naranja y un poco de jamón y de queso.

-Oh mama-digo.-Que buena idea te hiciste.

-Si pudiera siempre te daría estos desayunos.

-Lo se mama-

Siento el muy rico aroma de fresas que sale por mi cocina, sera delicioso, lo amare.

Mama pone las tostadas y la mermelada en un plato, el jamón y el queso en otro y llena el vaso de zumo. Me lo entrega y yo sonrió muy emocionada, le tomo la mano con fuerza y le digo.

-Gracias-

-Te lo mereces hija mía-

Amo a mi madre, esta de muy buen humor, pobre Conleth, lo he tratado muy mal últimamente, mama también me presta atención a mi, así que me lanzo y le doy un beso en la sien a mi hermano bebe.

Meto la tostada en mi boca y esta deliciosa, la mermelada se derrite en mi boca y las migas por todas mis mandíbulas, trago y me siento como pez en el agua.

Tomo un trago de zumo de naranja y es muy rico, siento la pulpa, el sabor de naranja exprimida es totalmente sensacional, me encanta.

Agarro un trozo de queso y lo corto en pedasitos, meto uno en mi boca, si, muy esta delicioso, al igual que el jamón.

Termino de desayunar y el timbre suena, abro y es Liam, wow, no me lo esperaba

Agarro mi bolso con mis útiles escolares y salgo caminando con el hacia la calle.

-Hola-me saluda, y me da un beso en la mejilla.

-Hola-le devuelvo el beso.

-Oh, el viernes estuvo muy bueno.

-Bueno, si te soy sincera, lo odie- digo yo entre risitas-Pero no le digas a Anastasia, cree que me gusta, aunque no sea así.

-Tu secreto esta a salvo conmigo.

-Tampoco en un secreto- digo, encojiendome de hombros.

-Lo se, me puse filosófico-dice.

Yo me rió y en eso llegamos al colegio, Ann y Anastasia ya están ahí, sentadas en un banco dentro del patio

EncantariousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora