La Melodía Eres Tú

Prólogo

Megan Davis es la chica que vivía encerrada en su burbuja de mal humor y música. Sin embargo, su realidad estalla frente a ella al saber que deberá hacer grupo con uno de los más grandes "idiotas", para ella.

Por otro lado, D'Angelo no puede creer que al fin podrá acercarse a la chica que le ha robado suspiros en secreto.

*

—¿Estás seguro de ello?— inquiere Charlie que seguía buscando en un cajón de Cd's de su madre.

—No tienes ni idea de cuanto— expresó emocionado D'Angelo.

—¿Qué pasará con Ian?— el rubio detuvo su acción y pasó a mirar a su amigo con genuina preocupación.

Para ambos no era un secreto que Ian Miller llevaba años obsesionado con la chica que Lucca planeaba dar un paso adelante.

—Ya no me interesa él, sólo sé que...— buscó las palabras— ella me gusta y no voy a echar a perder mi oportunidad.

Su amigo le sonrió, le agradaba ver así a Lucca, en el fondo creía que él lo merecía, después de todo Ian solo se disfrazaba de mejor amigo para hacer la vida de D'Angelo imposible. Volvió a leer cada uno de los discos y cuando creyó encontrar algo bueno lo sacudió en el aire.

—Escuchemos— dijo D'Angelo al momento que su amigo rubio reproducía la música.

Charlie soltó una fuerte carcajada al enterarse de qué canción escogió Lucca luego de horas oyendo todo tipo de géneros.

—Te debe tener realmente loco— comentó entre risas.

El castaño quiso pasar la burla, pero no pudo evitar sonrojarse. Sí, cualquiera pensaría que estaba loco, aunque ya no importaba. Pensó en cómo reaccionaria Megan a tal estupidez que haría y el estómago se le contrajo al imaginar el escenario donde Davis lo rechazaba. Divagó en la idea de que si ella decía que no, tendría que aceptarlo y cambiar de pueblo, para que así nadie viera el alma destrozada de un chico de dieciocho años.

—A ella le gusta la música— habló tratando de disipar esos pensamientos negativos—. Y cuando ríe puedo ver cómo sus ojos brillan y esa risa...— rió por lo bajo— esa es la música para mis oídos. Esa es mi melodía.

Pasó la vista por su amigo que tenía expresión en la que se mezclaba la burla y la alegría.

—Ahora ve con tu chica Don Juan— lo ayudó a incorporarse—, si sigues así me darás diabetes— Charlie hizo una mueca y ambos rieron.