Pequeña Luz

Denki Kaminari: Orígen

La vida de Denki nunca fue fácil, y tampoco tuvo el comienzo de cuento de hadas.

Sus padres, una pareja de Betas, lo tuvieron por el simple hecho de que querían a alguien que tuviera una peculiaridad poderosa para mejorar su imagen.

Entonces pasaron tres años, cuando se supone que uno manifiesta su peculiaridad, pero nada ocurrió. Pasaron cuatro y luego cinco... en el sexto año la gente lo consideró un no peculiar, y sus padres un error.

Fueron años de acoso y miseria los que lo siguieron hasta que cumplió los ocho cuando, finalmente, su peculiaridad apareció. Desafortunadamente, su poder se salió de control, causando un apagón en su vecindario y él entrando en un estado de coma por dos semanas, lo que en vez de ayudar a su reputación solo lo empeoró.

Cuando pensó que su vida no podía empeorar más, un año después del incidente se presentó su segundo género... un Omega.

Los Omegas varones eran escasos, por lo que sus padres vieron la oportunidad de obtener una ganancia y deshacerse de él , a lo que cuando tenía diez años, una mujer Alfa aterradora llegó a su casa y le dijo que a partir de ese día sería su pareja. Sus padres lo habían vendido.

No pudo hacer otra cosa más que guardar su dolor mientras era tratado como un sirviente por aquella Alfa. Limpiar la casa, cocinar, lavar la ropa... acostarse con ella. Tarde que temprano debía pasar, y un mes antes de cumplir doce descubrió que tendría un bebé.

Tuvo tanto miedo, no por él, sino por lo que podría pasarle a su futuro hijo. ¿Qué pasaría si fuera un tardío también, o que ni siquiera tuviera una peculiaridad? ¿Tendría la suerte de ser un Alfa o Beta? ¿O correría con el mismo destino que él de ser un Omega para ser vendido a otro Alfa sin tener la oportunidad de luchar por tener su propia vida?

Denki simplemente no soportó la idea. Tenía que hacer algo. Estaba harto de esta vida y de ser tratado como menos que basura. Pero no sabía qué hacer.

Su embarazo fue rápido, pues a diferencia de las mujeres Omegas y Betas, solo tenían que pasar cuatro meses para dar a luz.

Y no fue hasta que, el día en que dio a luz, la esperanza iluminó su vida por primera vez. Cuando vio a su pequeña bebé en brazos, sintió que por fin tenía un motivo para vivir y luchar. En ese momento, Sayaka Kaminari se convirtió en su todo.

Y al parecer, la mujer Alfa de la cual nunca se molestó en aprender su nombre, murió en un accidente de tráfico tras un viaje con unos amigos. Ahí vio su oportunidad.

Durante la noche, tomó a su bebé y escapó del hospital en el que había sido internado. Llegó a esa casa que lo mantuvo prisionero por dos años, tomó todo el dinero que había en la caja fuerte de la mujer (un poco más de 230,000 yenes) pues una vez la había espiado para ver la contraseña, tomó ropa, comida, y huyó lo más lejos posible.

Los siguientes años los pasó arreglando lo más que pudo su vida. Encontró un pequeño departamento barato del que le dieron un descuento del 50% tras ofrecer usar su peculiaridad para distribuir electricidad al resto del edificio residencial, además de que hacía encargos para otras personas que le daba lo suficiente para él y su hija, e hizo todo lo posible para darle una buena vida a Sayaka. Desearía poder darle más, pero era lo que tenía.

Y sin embargo, no se conformó con eso. Años atrás se había hecho una promesa. Se convertiría en un héroe, uno que pudiera salvar a otras personas como él de seguir su mismo destino.

Pero sobre todo, uno que le enseñara a su pequeña luz que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza.

////

Notas: Hasta que por fin me animé a publicar una historia de BNHA, después de tantos borradores realizados e ideas descartadas. No prometo un horario de actualización o que subiré capítulos activamente (¡estudio Medicina, por Dios!), así que por ahora subiré los que están prescritos, que son como unos 11 en total (de los muchos que voy a hacer... me pregunto si un solo libro será suficiente).

Espero que todos disfruten de esta historia tanto como yo disfruté escribirla.

PD: Si alguien sabe hacer mejores portadas que yo, me harían un gran favor (doy asco).