IV: Huesos

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"Hoy empezaremos a ver el esqueleto humano y los 206 huesos que lo componen..." Lisa empezó a explicar, hoy empezaban un nuevo tema y estaba emocionada por ello "...empezaremos por el cráneo e iremos bajando hasta llegar a la extremidad inferior" explicó mientras miraba al auditorio frente a ella. Todos sus alumnos la miraban con atención y podía escuchar como presionaban las teclas de sus laptops, anotando cada palabra que decía.

"Como siempre empezaré preguntándoles si conocen algo sobre este tema. ¿Algún valiente que quiera hablar?" preguntó mirando los rostros de sus estudiantes. Como se esperó, estos evitaban su mirada y se escondían atrás de sus computadores con temor.

Menos una persona.

Jennie.

La alumna la miraba con atención pero timidez al mismo tiempo, podía notar que quería decir algo pero le avergonzaba tener la atención sobre ella. Lalisa la miró intentando alentarla a que hablara pero no resultó, y en cambio vió como un rubor muy notorio surgía en sus mejillas.

Ella también sintió sus mejillas arder.

Los recuerdos de lo que pasó hace ya casi una semana volvieron a ella y sintió su cuerpo subir de temperatura. Había sido incómodo verse al otro día de que pasó pero con el tiempo se acostumbraron. No habían hablado de ello pero Lisa sabía que en lo único que Jennie pensaba era en ese día... y ella también. No podía sacarse de la cabeza lo que hicieron y las inmensas ganas que tenía de repetirlo. Cada vez que la miraba su cuerpo reaccionaba y se empezaba a imaginar cosas con su estudiante.

Y oh Dios qué mal estaba... muy, muy mal.

Si alguien se enteraba de lo que habían hecho la despedirían en un abrir y cerrar de ojos. Y eso era algo que no se podía permitir, este era su trabajo soñado y no podía dejarlo ir.

Pero por más peligroso que fuera, lo único que quería era volver a hacerlo, volver a dejarse llevar por la lujuria y follar duro y sucio con su estudiante. La vió sentada mientras mordía su labio y jugaba con un lápiz en su mano y no pudo evitar fantasear con ella. Se la imaginó sobre su escritorio al igual que el otro día, pidiéndole que la tocara y la hiciera sentir bien, que jalara su cabello y que le arrancara la ropa.

O mejor aún... Jennie dejaría su timidez a un lado, le devolvería el favor y la follaría duro contra su escritorio, la obligaría a mantener silencio mientras se metía entre sus piernas, la daría vuelta y haría que recostara su torso sobre su escritorio, subiría su falda, jugaría con su trasero, pasaría sus dedos traviesos por sobre la tela de sus bragas, luego las haría a un lado y empezaría a follarla sin hacerse esperar con dos de sus ded-

"Yo..." un estudiante levantó la mano al fondo de la clase, sacándola, gracias a Dios, de su tren de pensamientos. Sacudió su cabeza e ignoró el sentimiento caliente que empezó a crecer en su abdomen bajo.

"¿Si?" le cedió la palabra al estudiante y podía sentir la mirada de Jennie sobre ella, como si supiera perfectamente lo que había estado imaginando en su cabeza. Ignoró su mirada intensa e intentó mantener la calma y seguir con la clase.

"Hay huesos largos, pequeños y otros irregulares. Por ejemplo... los de la palma de la mano son pequeños" el estudiante le dijo y se asombró porque realmente sabía más de lo que se esperó.

"Muy bien, se nota que leíste el programa del curso. Siempre vienes muy preparado, tus demás compañeros deberían seguir tu ejemplo" lo halagó mientras caminaba por el auditorio en frente de la clase. Ya había logrado calmar su acalorado cuerpo.

El estudiante sonrió orgulloso de sí mismo y sus compañeros lo miraron con envidia.

"¿Alguien más?" Volvió a preguntar y escaneó el auditorio en busca de un voluntario o una mano levantada. Pasaron unos largos segundos en silencio hasta que otro valiente levantó la mano.

Anatomy; JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora