ᴘʀÓʟᴏɢᴏ ɪ/ɪɪ.

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"Karma"


Los actos de una persona conllevan a situaciones extremas, dolorosas, inexplicables... injustas.

Tan injustas que, incluso con su demencia a flote, de pie sobre la pila de cadáveres, bañado por la intensa llovizna carmesí, y manteniendo su desquiciada mirada en el acantilado frente a sí, analizó aquella situación tan... desbordante.

Las acciones tenían sus consecuencias, por supuesto, aun más si eran crueles, despiadadas como las que cometió, pero, ¿Qué si fuese obra de algo que no estaba a su alcance? ¿Qué hubiese sucedido si tuviese la oportunidad de comunicarlo? 

Estaba sellando todas las dolorosas palabras en sus labios, con el nudo en su garganta creando una enredadera de espinas alrededor de su cuello, estrangulándolo, quitándole el aliento, pero aumentando el mérito en sus malas acciones. 

Por lo que muchos aldeanos demostraron, no les importó. Fue juzgado adrede por personas que estaban en su día a día. Seres humanos que quiso con una honestidad inigualable, que defendió, y protegió por años. 

Intentó amparar aquellas almas con actos impuros, pero ahora estaba lidiando con todas, y aunque nunca le importó lo que pudiesen decir de él no evitó preguntarse:

<< ¿Qué si alguien me hubiese oído? >>

"¡Baja ahora mismo! ¡Por favor!"

Él lo hizo.

Meses atrás, cuando el suceso fatal ocurrió, tan solo bastaba con recordar su nombre para tomar una profunda respiración, y continuar. Sin embargo, en aquel instante, donde no se encontraba en sus cabales, con la ira dominando cada parte de su ser, se le hacía imposible recordar ese nombre, incluso si sabía que fue la persona que más amó. 

Allí estaba, presente, pidiéndole que no cometiese una locura, pero, ¿Qué más podía hacer? 

¿qué otra opción tenía? ¿Quería obtener una? 

Era poderoso, tanto que podría gritar y quebrar el atardecer que se avecinaba por la lejanía, pero jamás obtuvo la suerte de regresar en el tiempo. Al menos, no a su modo.

Estaba destinado al sufrimiento, porque alguien lo profetizó, y otro universo lo concretó. 

Si tan solo hubiese...

Parpadeó una sola vez, sintiendo sus ojos secos, y su mirada se alzó a su alrededor, analizando su entorno. Era tan caótico que hasta podría carcajearse, con la luz del astro iluminando entre las grisáceas nubes, pintando la atmósfera de un leve color anaranjado mientras, poco a poco, la lluvia se desvanecía. Su respiración era lenta, casi inaudible, pero los latidos de su corazón, que alguna vez fue enorme, resonaban en sus oídos, simulando golpes que intentaban devolverlo a una realidad insoportable. 

"Mírame..." La voz ajena se quebró, al igual que su ser. "Solo tienes que mirarme, y todo esto terminará. Por favor, por favor...hazlo"

¿Por qué habría de mirarlo? ¿Por qué se daría el placer de observar aquellos ojos que le hacían sentir esperanza? ¿Quién era él? ¿Por qué debería de obtener tal privilegio? 

Un sollozo seco lo sacudió ante tal pensamiento. ¿Qué si se hubiese volteado antes? ¿Todo habría terminado? ¿No cargaría con aquel peso en su vida? Tal vez se equivocaba, pero de lo que sí estaba seguro era que todo hubiese terminado antes. 

No lo habría perdido todo...no estaría solo.

<< Solo una última vez >> Después de todo, era su fin, ¿no? Porque si hubiese...

Intentó tragar saliva, pero su boca se secó mientras, tambaleándose, volteó como pudo. Su mirada, que era inexpresiva, desconocida, se encontró con la ajena, y sintió que su alma, temerosa, y necesitada de algo más que pura maldad fue acariciada por algo gentil

Algo inexplicable, como cuando, por fin, alguien logra creer tus inentendibles palabras, y aquella sensación de confianza invade tu cuerpo. 

Como cuando, de entre todas las personas, quien más amas es quien más cree que vales. 

Algo que nunca conoces, hasta que lo experimentas, y deseas experimentarlo mil veces más.

Desafortunadamente, todo acabaría en aquella jornada, pero, analizando el color del inmenso océano en los orbes de a quien le pertenecería incluso en el mundo de los muertos, no dejó de preguntarse lo mismo una, y otra vez:

<< Si me hubieses conocido ahora, ¿aun creerías que hay luz en mis tinieblas?

Y, si nos conociésemos de nuevo... 

¿sabrías que mi luz comenzó cuando nuestros caminos se encontraron? >> 


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Black Magic Child.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora