"El Invasor"
El viento soplaba con furia en los alrededores de la acogedora cabaña, provocando que las ventanas silben, y que el frío se adentrase por debajo de la puerta principal de madera. Las tazas con café, junto a un quemado pastel de chocolate estaban sobre la mesa ratona de la sala. Éste último, a pesar de la mala pinta, llevaba ocho velas encendidas, y enterradas sobre la endurecida masa.
Lo más probable era que nadie, en absoluto, quisiese pasar un cumpleaños de aquella forma: pastel quemado, y una gran tormenta aproximándose al pueblo Geralt.
Sin embargo, el dulce niño —y cumpleañero— de cabello oscuro, con un pijama de pollitos, se encontraba sentado en el sofá, moviendo sus piernas en el aire, y asintiendo con su cabeza al ritmo de la desafinada canción de cumpleaños que su tía Susan y su abuela Mary le cantaban. Finalizaron con una nota mas larga de lo usual para, luego, aplaudir por tres breves segundos.
—Cantas de la mierda —Comentó Susan a su madre, quien la ignoró por completo, demasiado embobada con el rostro de su nieto.
—¡Pide un deseo, Harry! —Exclamó Mary en un dulce tono de voz. Frunció su ceño en cuanto su hija hizo su largo cabello naranja hacia atrás, para prender el cigarrillo que sostenían sus labios con el fuego de las velas—. ¡No fumes ahora, idiota! Al menos espera que apague las velas —Regañó.
Pero Susan, quien ya prendió su cigarrillo, se enderezó, volteando a ver a su progenitora, y soltando el humo a centímetros de su rostro.
Mary negó lentamente—. Pero qué perra.
—Perra, mi abuela.
—Sabes que tu abuela puede oírte, ¿verdad? La enterramos en el patio —Contraatacó la anciana, alzando su dedo índice frente a la mas joven—. No llores si comienzas a escupir tierra mañana por la mañana.
—Oh, cierra la boca. Tomo el té con la abuela muerta todas las mañanas, de seguro me perdonará —Respondió Susan, llevando su mirada hacia su sobrino, el cual observaba con curiosidad las velas frente a sí, pasando su dedo índice sobre el fuego—. Ni siquiera en el cumpleaños del mocoso te puedes contener, pero, para su suerte, no te oye. Míralo.
Mary regresó su mirada al cumpleaños, y su humor cambió por completo.
El amor que sentía por su nieto era demasiado puro, no solo porque el niño era amable, y cuidadoso, si no porque era diferente. En los pocos años de vida de Harry, incluso a sus cinco años, cuando la trágica muerte de sus progenitores ocurrió, ni siquiera en aquel momento lo habían visto llorar.
Cuando las imágenes que algunos demonios proyectaban en su mente, atormentándolo en las noches, no corría a los brazos de ninguna de las dos mujeres. Su tía Susan lo había encontrado en la cocina, plena madrugada, bebiendo un vaso de leche y tarareando una canción que la adulta desconocía.
La mujer tuvo la oportunidad de preguntarle, pero su sobrino tan solo respondió que la leche era algo que lo ayudaba a dormir, y que, fuera de sus pesadillas, no le temía a nada.
No tenía amigos, y el último que lo fue, bueno...
...las cosas no terminaron del todo bien.
Aquel niño del pueblo era como su hermano, pero, de un día para otro, dejaron de dirigirse la palabra, y ninguna de las dos mujeres sabía el por qué. Harry se volvió alguien frío por un par de meses, tanto que, en aquellos momentos, hasta bajó la temperatura de la casa.
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Black Magic Child.
FanfictionEl pueblo Geralt luce como si todos los días fuese un funeral. ¡La ironía! Louis debe regresar a este y reunirse con su abuela ante el fallecimiento de su tío lejano. La estadía en casa de la anciana se vuelve prolongada, y ser el alumno nuevo trae...