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Su cita fue así: Mark decidió invitar a Donghyuck unos batidos. Se suponía que era un intento sano de ver lo bien que se llevaban. Descubrió que eran casi demasiado buenos juntos a pesar de ser polos opuestos. Ahora, sin embargo, Donghyuck tenía los dedos en la boca mientras lamía la nata montada de los dedos y notaba la sutil subida de los pantalones del otro universitario. Al principio habían hablado, riéndose de los chistes del otro y manteniendo conversaciones triviales que fluían con facilidad entre ellos. Puede que se debiera a que se conocían desde hacía años, o quizá a que a ambos les gustaba el otro desde hacía años. Donghyuck siempre ha querido a Mark y Mark le correspondía con creces.

Mark sabía que Donghyuck le había estado mirando mientras bebía a sorbos su propio batido. Sus ojos habían trazado el contorno de su garganta, cada trago, el paso de la lengua por sus labios; todo. Esta nueva faceta de Donghyuck que había descubierto era peligrosa. Siempre había sido una persona fogosa, sensual y cariñosa. Era brillante e indomable, ruidoso y robaba el sol. Este nuevo gusto por el erotismo se fundía demasiado con su personalidad, casi como si se lo hubiera estado ocultando a Mark igual que éste ocultaba su verdadera naturaleza. Cuanto más cedía Mark a los deseos de Donghyuck, más podía sentir cómo este nuevo Donghyuck le hacía enamorarse de él una y otra vez.

Hablando de eso, Mark pasó la lengua por el dedo anular de Donghyuck ahora que tanto el corazón como el anillo habían entrado en su boca.

— ¿Dónde aprendiste a hacer todo esto, Markie? —

Mark se limita a gemir mientras Donghyuck presiona sus dedos contra su lengua. Donghyuck se los saca de la boca, agarra la cara de Mark presionando con el índice y el pulgar en sus mejillas y tira de él para darle un beso. Desliza su lengua por los labios de Mark, saboreando el batido y la vía láctea. Mark es muy dulce con él, tanto en sentido figurado como literal. Mark no es un jugador y su experiencia con las citas es mínima, así que Donghyuck sospecha que ha estado pasando su tiempo a solas haciendo una investigación especial. Lo peor es que está funcionando. Puede sentir cómo su polla se llena de interés y se tensa contra la cremallera de sus vaqueros. Mark se queda mirando a Donghyuck con esos ojos estrellados y Donghyuck no puede contenerse. Lo besa una y otra y otra vez hasta que los labios de ambos se entumecen y la tienda de campaña en sus jeans lo marea. Quiere de verdad a Mark, de verdad, de verdad, de verdad. Lo quiere tanto que se levanta del asiento del conductor, tira de Mark y lo tumba en el asiento trasero. El estacionamiento está vacío.

Donghyuck se toma su tiempo para bajar la cremallera de los pantalones de Mark, y ya ve el contorno del tentáculo a media masa y retorciéndose contra los calzoncillos bóxer de Mark, que se empapan lentamente. Mark se pone rojo e intenta esconderse, pero Donghyuck no se lo permite. Ya han practicado sexo antes, pero sigue siendo tan entrañable ver a Mark mirarle avergonzado.

Donghyuck murmura constantemente "qué lindo" mientras retira la cintura elástica de las caderas del otro chico, bajándola lentamente para revelar el charco de lubricante que se adhiere a su piel y gotea por su pene de tentáculos azules y amarillos. Las ventosas en forma de estrella se fruncen hacia dentro y hacia fuera, buscando algo que masajear y agarrar. Cuando Donghyuck vuelve a mirar a Mark, ve que su expresión desconcertada se transforma en algo cariñoso cuando vuelve a mirar a Donghyuck. En ese momento, Donghyuck se jura a sí mismo que hará de él su marido.

En lugar de conducir directamente, Donghyuck se arrastra hasta el asiento trasero, junto a Mark. Se inclina hacia su cara, traga saliva antes de tomar el labio inferior de Mark entre los suyos y le escucha soltar un gemido ahogado cuando Donghyuck mueve las caderas hacia abajo. Un destello de dolor recorre las facciones de Mark; el material de los jeans de Donghyuck debe de ser áspero contra su polla. Por mucho que Donghyuck quiera chupársela de nuevo a Mark, tiene otra idea. Se aparta de Mark, separando sus labios. Mark lo persigue por un momento, con la cara insoportablemente cerca y la mirada pasando constantemente de los ojos de Donghyuck a sus labios. Teniendo que agacharse bajo el techo bajo del coche, Donghyuck se desabrocha el botón de los jeans y la cremallera, bajándoselos lo suficiente sobre los muslos con los bóxers como para que su propio pene se libere. Está rojo y el subidón de adrenalina hace que vuelva a marearse, pero Mark alarga la mano y le acaricia la cabeza del pene, viendo cómo Donghyuck casi se cae de la sensación.

just add water  || markhyuck ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora