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Cristian y Paulo hace unos días habían tenido una discusión por una estupidez y, aunque estén peleados, Cristian debía llevar a su casa a Paulo ya que habia hecho un trato con su madre. El camino era silencioso, Paulo solía ir en el asiento del copiloto y ahora iba en el asiento trasero. Algunos recuerdos le vinieron a la mente, aunque trató de pensar en otras cosas.

De vez en cuando Cristian lo miraba de reojo o por el espejito, Dybala miraba simplemente hacia afuera hasta un momento que volvió a verlo, se durmió.
Sonrió levemente y continuó manejando hasta llegar a la casa del mayor.

Cristian se bajó del auto y fue a abrir del lado donde Paulo estaba.

— Ey, levántate. Paulito.. —

— ¿Mmh? —

— Ya llegamos —

Paulo se bajó del auto sin mirar a Cristian. Iba a entrar a su casa hasta que la voz del menor lo detuvo.

— ¿No me vas a dar un beso? —

— Que gracioso que sos, gracias por traerme, ya te podés ir —

— No me voy hasta que me des mi beso —

— Seguí esperándolo. —

Paulo entró a su casa y cuando quiso cerrar la puerta, Cristian puso una mano detuviendolo y entró sin permiso previo.

— Cristian, no dije que podías pasar.. —

Romero cerró la puerta y puso a Paulo contra esta para luego poder besarlo.

— Cristian, salí de mi casa ahora —

— Vos y yo sabemos que no querés que ne vaya — Dijo bajando su mano a la entrepierna del mayor. — Y te moris por que vuelva a meter mi pija en tu culo y te llene —

Cristian empezó a masajear tal zona que Paulo empezó a soltar unos cuantos suspiros.

Cristian sonrió.

— Cuti..No.. —

— Shh, yo se que te gusta —

Paulo sentía como empezaba a mojarse por debajo de sus pantalones y mientras, una gran erección crecía entre las piernas de Cristian.

Sería un largo día.

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En cuanto a Enzo y Julian, habían conseguido pasajes pero para el martes. La noche anterior al viaje, Fernández se lo llevó a comer un poco lejos, pero valió la pena por la bella vista que había.

Luego de una bella cena, caminaron de la mano por el pasto cerca de un río, habían luces de colores y julian a cada rato sacaba fotos.

— ¿Te gusta? —

— Si, es muy lindo —

— Nada es más lindo que vos —

Julian le dió un pico y caminaron un rato más hasta que decidieron volver al auto.

— Mirá, las hice yo — Dijo Enzo sacándo unas pulseritas de hilo encerado con sus iniciales y como no, con los colores de river.

— Que lindas mi amor —

— Yo me quedo con la J y vos con la E —

Enzo le puso su pulsera a Julian y este la suya a Enzo.

— Mañana voy con el tatuador — Dijo Enzo arrancando el auto.

— ¿Que te vas a tatuar? —

— Tu nombre —

— ¿En dónde? —

Calchin : Enzo & JulianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora