Isagi nunca fue un chico muy diligente respecto sus ciclos de celo.
Respectivamente, tampoco los olvidó con mucha frecuencia para decir que era descuidado.
Fue una mañana normal, típica de un miércoles la que marcó el principio del fin de Isagi Yoichi por el resto de la semana.
El entrenamiento matutino iniciaba a las 8:30, por lo que a Isagi aún le quedaba media hora antes de empezar su rutina intensificada. Se encaminó a la cancha inmerso en sus pensamientos respecto al próximo partido que tendrían contra el Ubers. Este sería su segundo encuentro contra el equipo ultradefensivo desde que la defensa férrea de Aiku, Aryu y Nikko complicaran su victoria en el último partido, esta vez, el Bastard buscaba una revancha llena de gloria. Isagi planeaba no perder un solo día de entrenamiento para lograr una victoria implacable, se había pactado iniciar una rutina diligente para mejorar los todos los aspectos que su cuerpo necesitaba, iba a conseguir desplazar las limitaciones físicas lo más pronto posible antes del juego.
Sobre todo, Isagi Yoichi no quería quedarse atrás estando tan cerca de pisar el mismo escenario que Rin y Kaiser.
En el cuartel alemán habían cuatro alas principales donde los residentes podían convivir y hacer sus actividades del día a día. El área a la que iba Isagi: la cancha, era la zona más alejada de todas. Cuando llegó, pasó la credencial bajo el sensor de la gran puerta de aluminio, dejando paso libre a la enorme recreación virtual de un estadio a escala real. Isagi olvidaba muy a menudo que era un escenario ficticio.
Se encaminó a las bancas y dejó sus cosas junto a la toalla y una lista cuyo contenido era su nueva rutina personalizada, cortesía del maestro Chris.
—Espérenme, genios... definitivamente los alcanzaré ―se prometió a sí mismo.
Isagi comenzó a prepararse para iniciar el entrenamiento. No pasó mucho antes de que su soledad fuera desplazada por la presciencia de sus rivales y compañeros de equipo. El maestro, Noel Noa, siempre era el último en llegar junto con los análisis y seguimiento de las jugadas del Bastard Munchen.
De repente, el omega se volvió muy consciente de las feromonas sigma alrededor. El cuerpo de Yoichi se sintió extrañamente acalorado. Su cabeza encendió algunas alertas, reconociendo esos síntomas.
Pero qué demonios... me siento como si... como si estuviera entrando en calor...
Esa línea de pensamientos asustó como la mierda a Yoichi.
Incluso si fue algo imprevisto, las medidas de seguridad no estaban a su favor, definitivamente no podría jugar el próximo partido de ser como Isagi sospechaba.
Sucedía que, el no avisar tus ciclos biológicos era una clara infracción a la normativa interna de Blue Lock. La sanción por alterar el orden y exponer la seguridad tanto del propio omega/sigma como los demás géneros era dejar las actividades de Blue Lock por una semana, una semana sin absolutamente nada de fútbol. Algo como eso, en los momentos más críticos para la carrera de Isagi equivalía a joder su sacrificado avance de dos años, su evolución estaba en juego.
Una figura se acercó a su lado. Kurona Ranze interrumpió los ruidosos pensamientos de Yoichi dejándole una botella fría cerca del muslo.
—Buenos días —saludó Kurona, dándole a Isagi una cálida sonrisa de dientes afilados.
Isagi le devolvió el saludo con una sonrisa también, sin ganas de responder. Kurona se sentó a su lado, la sensible nariz del pelirrojo registró rápidamente un dulzor en el aire alrededor de Isagi.
—De alguna forma... hoy hueles muy bien, Isagi ―Kurona husmeó cerca de su cuello, provocando escalofríos en la piel de Yoichi—. Aunque siempre hueles muy bien.
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In the bathroom. (Kaisagi/Kiis)
FanfictionUn celo irregular que vuelve la semana infernal de Yoichi el peor suplicio. Los encuentros en el baño son más comunes de lo que piensas en Blue Lock. Two-shot con contenido adulto. Kaisagi con insinuación Kuroisa (explícito)y Noaisa ligero. <3 A...