Cap 3: Impulsos de Ava

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Todavía estoy tirada en la cama boca arriba con la tarjeta entre las manos cuando oigo el ruido de la puerta. ¿ Habrá llegado Ava? Pero si en muy pronto todavía. Sobre todo para ser ella. Ava suele llegar a las 6 de la mañana cuando se va de fiesta.

Me giro y estiro el brazo hasta llegar a la cómoda que hay al lado de mi cama. Como la luz está apagada y las cortinas sin correr, lo único que alumbra mínimamente la habitación es la luz de la luna. No veo nada, así que voy tocando todo lo hay en mi cómoda hasta encontrar el móvil. Me encuentro un libro, la caja de mis cascos vacía, mi vaso de agua medio vacío y mi cacao de labios hasta encontrar el móvil. Cuando se enciende la pantalla del móvil tengo que entrecerrar un poco los ojos porque tengo el brillo subido hasta el máximo.

Un día de estos me voy a quedar ciega.

Cuando consigo bajarlo y enfocar por fin la vista, veo que son las 5:42 de la mañana. Es imposible que haya estado toda la noche pensando en el chico misterioso. Pero si me acabo de tumbar en la cama prácticamente. Me doy la vuelta para poder dormir un poco, todavía incrédula por lo que me acabo de dar cuenta.

Creo que Ava nota que estoy despierta porque abre la puerta y, tranquilamente, se acerca hacia mi y se tumba en mi cama. La miro sorprendida pero ella está mirando la tarjeta que tengo todavía en las manos.

- ¿Que es eso?- Señala con la cabeza mi mando derecha.

No me había dado cuenta de que todavía seguía ahí. A juzgar por el calor que se me ha subido a las mejillas, creo que ya estoy roja.

-Una tarjeta.

Estoy casi segura de que Ava ha notado que me he puesto roja, a pesar de la oscuridad de la noche, pero aun asi decide ignorarlo.

Me conoce tanto que ni con mi cara de meimportatodounamierda soy capaz de que se crea que sea solo una tarjeta.

No se como pero ve que me brillan los ojos de rabia hacia el chico misterioso y del seis sin sentido que me ha puesto de nota supongo. La verdad es que no tengo ni idea de lo que me pasa.

De nuevo, lo que le dije ayer a mi psicóloga: ¿Estoy triste? ¿Me da rabia? ¿Que se supone que me pasa? Siempre he pensado que estoy vacía. Que no hay nada en mi interior y que jamás voy a poder sentir nada. Soy gris por dentro. No hay nada dentro de mi . Soy peor que el negro. Dicen que el negro es la ausencia de luz ¿no? Pues yo no solo soy eso, si no que además estoy desgastada. Soy negro desgastado. La copia barata. Ni blanco ni negro. Blanco sucio. Negro desgastado. Esa soy yo.

Pero Ava me saca de mis pensamientos. Me recompongo y los dejo de lado un rato para poder escuchar los que dice mi amiga.

- Uyyyyyyyy- dice de manera sospechosa que hace que me den ganas de largarme de aquí- ¿Te lo ha dado un chico? ¿Hoy? ¿Era guapo? ¿Que te ha dicho? ¿Cuando le has conocido?¿Como se lla..

- El pizzero - la interrumpo. Ya se como se pone con estas cosas, así que prefiero pararla antes de que me bombardee con mas preguntas como estas.

-Te he dejado la mitad de la pizza por si tenias hambre cuando volvieras.

En realidad, se me quitó todo el hambre en cuando el chico misterioso se fue. Me obligué a mi misma a comerme un trozo pero como no tenia hambre, y como siba a ser sospechoso que hubiese tanta pizza sin comer, decidí ponerla en el balcón para que el gato que siempre pasa por la terraza se lo comiese. Y en menos de cinco minutos, la pizza ya no estaba.

Mis ojos ya se han acostumbrado del todo a la oscuridad, por lo que puedo ver con mayor claridad la cara de Ava.

- Muchas gracias, la verdad es que he tenido una noche muy... movidita.

- Por tu pintalabios, la verdad es que me lo imaginaba- Me rio.

Ella pone cara de preocupada, se pone la mano en la boca inconscientemente y se planta enfrente del espejo de cuerpo entero que hay en mi habitación para ver como está. Cuando se da cuenta que tiene en pintalabios por todas partes menos en sus labios, pone cara de horror pero se vuele hacia mi con las brazos cruzados.

- Bueno- dice indignada- aquí estábamos hablando de ti, no de mi. Así que cuéntame- La brillan los ojos-Que tal con el chico misterio.

Suelto una carcajada al darme cuenta de que le acaba de llamar exactamente como lo llevo haciendo yo desde que le vi.

Así que se lo cuento. Le cuento hasta el último detalle y ella me escucha con toda su atención y sin interrumpirme.

Cuando termino, la brillan tanto los ojos que casi puedo sentir la felicidad que siente ella por mi.

- Juli, eso es genial!!!!!

Salta encima mía para abrazarme y yo me intento escapar pero tiene demasiada fuerza. No se como la quedan después de la noche que ha tenido con su novio.

- Tienes que llamarle - Me dice cuando se despega de mi

- Que???? N-no puedo llamarle.

- Tranquila, ya lo hago yo.

Coge mi móvil y la tarjeta antes de que pueda reaccionar y se mete en su habitación. Intento abrir pero ella ya ha puesto el pestillo.

- Avaaaaa!!!!!

La voy a matar. No se como no me he dado cuenta. Lo tendría que haber tenido fuera de su alcance. Aunque, bueno, las 6 de la mañana así que no creo que lo coja. Quien está despierto a las 6 de la mañana...

-Ava como no habrás te voy a mat...

Me callo al escuchar una voz los lejos.

Lo que me faltaba. ¿Este chico trabaja de noche haciendo estriptis en despedidas de solteras o que?

Pego la oreja a su puerta para poder escuchar algo...

- ...mejor amiga de Juli ¿Eres tu el de la pizza?

Silencio.

- Si es ella. Quería pedirte una cita pero no se atrevía a llamarte así que por eso te llamo yo. Puedes guardarte el número, es de ella.

En cuanto la vea la voy a matar, eso que lo tenga por seguro.

Ahora hay un silencio mas largo.

Solo escucho mi corazón latiendo con fuerza y rapidez. ¿Por que estoy nerviosa?. Diga lo que diga, no voy a ir. Ni siquiera le conozco. Además, el no va a aceptar... ¿No?

Ava pega un pequeño chillido y cuando vuelve a hablar lo hace mas bajito.

- Genial -Dice contenta- Gracias

De nuevo un silencio corto

- Se lo diré. Adiós.

Antes de que pueda reaccionar se abre la puerta de mi amiga. Casi me caigo al suelo y todo, pero no estoy para bromas y miro la cara de mi amiga para decirla algo. Pero de repente, algo me frena. Los ojos de Ava están empañados de lágrimas, me atrevería a decir que tienen un brillo especial. Nunca me lo habían dedicado directamente. Supongo que son de orgullo.

Ava da un paso hacia delante y me da  un abrazo de oso mientras noto que las lágrimas empiezan a caer de sus ojos. Y, de repente los mios también se tiñen de un color cristalino.

Y es ahora cuando me doy cuenta.

Me doy cuenta de que todos deberíamos tener una Ava en nuestra vida. Que se preocupe por nosotras, que cada vez que estemos contentas, ellas lo estén mas por nosotras, y, cada vez que estemos tristes, dibujen una sonrisa en su cara y nos ayuden a levantarnos.

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  Holaa! espero que os esté gustando esta historia. Porfa, dar a la estrella y escribir algún comentario, que no cuesta nada y a mi me hacéis súper feliz
Chaoo🤍🤍

Hasta el último acordeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora