♡Bailar hasta que el tiempo se desvanezca♡ Imagina Hyunlix

Capítulo 1

El motor del coche dejó de hacer ruido al llegar a su casa, pero ni su madre ni él hacían el más mínimo movimiento con sus cuerpos, su vista había estado pegada a la cicatriz que recorría su pierna desde la rodilla hasta la mitad de su muslo, los veinte minutos del trayecto desde el hospital.

-Hijo yo…

-Quiero estar solo mamá-Respondió de forma seca

-Está bien, te dejo las llaves del coche, puedes entrar cuando quieras 

-Gracias

Tan pronto su madre cerró la puerta del coche soltó todo el aire que había retenido en sus pulmones, las lágrimas no tardaron en inundar sus ojos al recordar las palabras de su doctor “Lo siento mucho Hyunjin, pero tengo malas noticias, la operación no ha tenido los resultados que se esperaban, me temo que no podrás volver a bailar, el accidente te ha provocado una ruptura total del ligamento cruzado anterior, no sería bueno para tu pierna seguir con los entrenamientos, de verdad lo siento…”

¿De verdad lo siento? ¿Enserio eso era lo único que tenía para decir? ¿Le habían dejado una marca imborrable en su pierna para nada? ¿Tendría que ver todos los días esa cicatriz sabiendo que su recorrido significaba fracaso? Las lágrimas bajaron sin control por su rostro ¿Qué haría ahora? El baile era toda su vida, había aprendido a bailar antes que a caminar ¿Si ya no podía ser bailarín entonces que sería? La respuesta era simple, “Nada”, Hwang Hyunjin sin el baile no era nada.

¿Era tanto pedir poder regresar en el tiempo? ¿Por qué se había empeñado en hacer ese triple salto después de tres horas de ensayo? Estaba más que claro que sus músculos estaban demasiado agarrotados ¿Por qué lo había hecho?

Pasó sus manos bruscamente por su pelo y lo recordó, recordó por qué había hecho ese salto, sólo para superar a Lee Felix, para demostrarle que él seguía siendo el mejor bailarín de la Compañía de Danza, ¿Y que consiguió con eso? Dejarle su puesto en bandeja de plata, ahora Felix se llevaría todos los premios que deberían tener su nombre.

Al entrar en su casa, sus padres lo esperaban sentados en la mesa con una expresión de lástima en los ojos que le provocó ganas de vomitar.

-Hijo lo siento mucho…

-Me voy a la cama-Escupió antes de subir las escaleras dificultosamente, los dolores tras la operación aún seguían presentes a lo largo de su pierna derecha.

[…]

El despertador sonó como siempre a las ocho de la mañana, todavía no se había atrevido a eliminar la alarma que ya no necesitaba ¿Cómo se dejaba de hacer de un día para otro lo único que había hecho toda su vida?

Incapaz de dormirse de nuevo se levantó y se dirigió a la cocina

-Buenos días cariño, ¿Qué haces levantado tan temprano?

-No tenía sueño, creo que saldré a pasear-Su madre le regaló una pequeña sonrisa y él puso todo su esfuerzo en devolvérsela

-Está bien hijo, llévate algo para tomar en el camino, debes desayunar

-No tengo hambre mamá

-Bébete al menos este zumo-Le ofrece el pequeño bote de zumo de naranja y el lo coge, no le apetecía discutir tan pronto en la mañana.

El día era bonito, la primavera había empezado y los cerezos ya estaban teñidos de rosa, la hermosura de ese paisaje lo habría conmovido un día cualquiera, pero esa mañana las nubes en su cabeza le impedía disfrutar de la belleza de lo simple.

Ya llevaba varias horas caminando sin rumbo, hasta que de pronto alzó la vista y fue consciente de que ante sus ojos se extendía la puerta de la Compañía de Danza, su inconsciente lo había llevado al lugar al que menos deseaba entrar en esos momentos.

El murmullo de la gente se hizo cada vez más presente a su alrededor y en menos de diez segundos varias personas empezaron a salir por la puerta principal, había llegado justo a la hora del primer descanso, mierda.

-Ey Hyunjin, ¿Qué haces aquí? ¿Volverás a las clases?-Preguntó Chan sonriente

-Yo… Solo estaba de paso…-Se le cerró la garganta ante la realidad, quizás cuando antes lo supieran todos mejor-Yo no podré volver a bailar…

-Oh…-Su rostro se puso más blanco de lo normal y se pudo ver en su cara que no tenía ni idea de que decir-Lo siento…

Ahí estaban, esas dos palabras que siempre habían pasado desapercibidas pero ahora lo atravesaban y quemaban cada célula de su cuerpo cada vez que las escuchaba, acompañadas de una mirada de lástima.

Aprovechó para entrar al edificio y recoger las cosas que había dejado en su taquilla y cuando se dirigió de nuevo a la puerta de entrada pudo notar como todas las miradas caían sobre su espalda, el rumor se había extendido y ya todo el mundo sabía que no volvería a bailar.

El deseo de que todos lo supieran lo antes posible se esfumó, ya no quería que la gente lo supiera, no si iban a mirarlo de esa manera, en sus rostros se podía ver la pregunta ¿Y ahora qué harás? ¿Qué será de tu vida si no puedes bailar?

Apuró el paso esquivando a todas las personas pendientes de él, necesitaba respirar aire fresco

Atravesó la puerta y frenó sus pasos de golpe, calmando su agitada respiración, cerró los ojos con fuerza, reprimiendo a duras penas el dolor que empezaba a presionar su pecho.

El mundo se estaba derrumbando a su alrededor y no había forma de pararlo.

-Todavía sigues siendo el mejor bailarín de esta academia-Habló a sus espaldas

-¿Qué has dicho?-Se gira sorprendido, deseando que su oído le esté engañando 

-Digo que no importa que ya no puedas bailar, sigues siendo un gran bailarín

-¿Eres consciente de que lo que dices no tiene sentido?-Pregunta con el ceño fruncido

-¿A no?

-Un bailarín que no baila no es un bailarín

-¿Y qué es entonces?

-¿Qué buscas con esto Felix?

-No busco nada, solo creí que necesitabas escucharlo, siempre has sido y siempre serás un gran bailarín Hwang Hyunjin-Dicho esto le dedicó un suave saludo con su mano y se encaminó hacia la puerta.

-Debes estar contento, ahora ya no tienes un contrincante-Dijo sin darse la vuelta

¿Qué si estaba contento? ¿Enserio le había preguntado eso?

-No, no estoy contento, tú seguirás siendo mejor que yo aunque ya no bailes-Sentenció antes de entrar por la puerta.

¿Qué demonios acababa de pasar? ¿Es que ese chico estaba loco? ¿No se daba cuenta de que ya tenía libre el camino hacia la victoria? ¿Por qué no se compadecía de él como el resto? ¿Y porqué esto le molestaba? ¿No se suponía que no quería la compasión de nadie? Su cabeza estaba a punto de explotar.

[...]

Cuando llegó a su casa se paró ante la vitrina dónde reposaban sus trofeos, había sido el ganador de todas las competiciones de danza a las que se había apuntado junto con sus compañeros, en algún momento de su vida había sido su máximo orgullo, pero ahora los miraba y solo veía copas vacías.

El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos.

A pasos lentos se acercó a la puerta y la abrió.

Tuvo que sujetarse fuerte a ella para no caer cuando sus ojos enfocaron a la persona que se encontraba al otro lado.

-¿Tú qué haces aquí?

-Vengo a proponerte algo-Dijo sonriente