III

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  Hoy me llamaron de la facultad avisándome que tenia que ir a reemplazar a una compañera en un juicio, va, una práctica de juicio, en Italia.

Bueno, contexto, estoy en el anteultimo año de la carrera de Abogacía y cada tanto nos llaman para presenciar algún que otro juicio para prepararnos a futuro.

No estaba tan segura ya que, si bien había salido del país varias veces, nunca fui a una práctica en Europa. Me ponía un poco nerviosa el tema del idioma.

Si bien lo comprendo y lo hablo fluido, como a los otros cuatro idiomas, que son Ingles, Francés, Alemán y Lengua de Señas Argentinas, temo el ponerme nerviosa y no poder decir ni una palabra.

Gracias mami por mandarme a clases de idiomas desde chiquita...

Me dijeron que el juicio, o lo que sea eso, duraría aproximadamente quince días. Así que me puse a hacer las valijas, no eran muchas, una grande, una chiquita y mi bolso de mano.

[...]

El ruido de la puerta abriéndose me saco de mis pensamientos, era Lucas seguro

-Hola mi amor- se acercó a darme un beso pero le corrí la cara- ¿A dónde vamos?

-Me voy a Italia- dije y antes de que el dijera algo volví a hablar- es por temas de la facu- hablé cortante

Se quedó anonadado por mi actitud

-Ah bueno bueno, ¿Queres que te haga el desayuno?

-No gracias, ya me voy- dije bajando las valijas

No deje que hablara nada más, abrí la puerta y me dirigí al ascensor con mis cosas, rogando que se cierren las puertas.

Tengo unas ganas inmensas de llorar

Mientras las puertas se cerraban pude escuchar un "¿Te llevo?". Tarde, ya me había pedido un Uber, el cual me estaba esperando abajo

En cuestión de media hora llegué al aeropuerto y me dijeron que el vuelo se había atrasado, así que aproveche para avisarles a mi mamá y a Yami que me iría a Italia.

No tenía ganas de llamarlas una por una, así que llamé al grupo que tenemos las tres.

Después de tres tonos Yami contesto y al rato mi mamá.

-Hola muchachas- dije saludandolas

-¿Estas en el aeropuerto?- pregunto Yami

-Si si, me voy a Italia-dije y me puse los lentes porque no veo un pingo- Me llamaron de la Facu para reemplazar a una compañera en un juicio.

Y así seguimos hablando hasta que me subí al avión

Roma allá vamos...

[...]

Luego de unas largas trece horas de vuelo aterricé en la bellísima ciudad de Roma, una vez llegamos al aeropuerto me pedí un taxi y me fui al departamento donde me iba a hospedar estos días.

Era un buen lugar para una sola persona, pero tranquilamente entran cuatro. En la habitación principal hay una cama king y en la "habitación de invitados" hay dos camas, ambas de plaza y media y con una mesita de luz a los lados.

Dejé mis cosas en lo que seria mi habitación y me fui a cambiar, me puse un jean clarito junto con un top blanco y una campera de jean a juego con el pantalón, y para finalizar el outfit me puse las Vans knu skool.

Eran las diez de la noche, no tenía ganas de salir pero tenía que salir a comprar algunas cosas y de paso recorría un poco la ciudad.

Cuando prendí el celular me llegaron un montón de llamadas perdidas de Lucas, acompañadas de mensajes, audios y hasta notificaciones de Instagram. Solamente les avise que llegué a mamá y a Yami, luego me guíe un poco con el gps y apague el celular.

Cruce por una plaza hermosa donde había un montón de gente, y da la casualidad de que había una heladería enfrente. Me pedí un vasito y me senté en una de las bancas de la plaza.

Observaba los nenes jugando en el sector de juegos, a las mamás observándolos, vi a una pareja de viejitos con su perro, unos pibes tocando la guitarra y alguna que otra pareja besuqueándose.

Me sentía sola, tan sola, pero en el buen sentido.

Me encanta estar sola, sin que nadie me joda, y quedarme en cualquier lugar si que nadie me reviente el celular preguntando donde estoy. Desde chica fui así, solo le decía a mi mamá donde iba a estar y con quien y listo, no tenía restricciones ni hora de llegada, era bastante libre en ese aspecto.

Y me di cuenta que estando con Lucas perdi esa libertad. Si salía no me dejaba volver a la hora que quería, no podía ir a ningún lado sola, a menos que fuera para ir a la facultad.

Ni mi mamá me ponía tantas restricciones.

Sentía un dolorcito en el pecho, pero un dolorcito de esos que te vienen cuando te das cuenta de algo malo. Bueno, me di cuenta que estar con Lucas no me hace bien, no soy quien de verdad cuando estoy con el, no porque no quiera sino porque el no me lo permite.

A la mierda todo

Termine el helado y caminando por las calles vi un bar, necesitaba alcohol. Lucas no me dejaba tomar, sin embargo el tenía un mueble lleno de todo tipos de licores, whiskys, vodkas y vinos.

Que se joda

Sin pensarlo mucho entre y me dirigí a la barra.

No es boliche pero me voy a tomar hasta el agua de los floreros.





Permitido | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora