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Marcos miró por quinta vez en diez minutos el pasaje. Estaba esperando en el embarque, así que se encontraba solo. Al fin. Aún tenía en sus oídos los saludos de sus padres, y un poco más lejanos los gritos entusiastas de sus amigos en la fiesta de despedida. Era un poco exagerado, a decir verdad. Serían tan solo unos días. Pero quizás la falta de precisión de su regreso había generado la necesidad de un gran saludo.

Aunque a Marcos tampoco le molestaba la idea. Al contrario: no había dicho cuándo volvería exactamente porque no quería hacerlo. Al menos no hasta entender qué quería él realmente. No sus padres, no sus hermanos, no sus amigos, no la sociedad salteña que tenía su ojo sobre él constantemente.

Subió al avión, se sentó en su asiento correspondiente y cerró los ojos, agotado. Disimulaba perfectamente sus nervios, pero ya lo estaban carcomiendo. Se mezclaban con emoción y expectativa. No podía decir que su vida era mala, al contrario. Tenía una familia cariñosa y atenta que lo acompañaba y guiaba siempre. Sus amigos lo defendían a capa y espada de lo que, ellos creían, podía constituir un peligro para él. Y justamente todas estas bondades habían acabado por asfixiarlo. Marcos era protegido, mimado, querido. Y su personalidad tendía a complacer al resto. No era bobo, ni manipulable, solo que, como libriano que era, huía al conflicto y prefería la armonía. A costa de sus propios deseos.

El avión despegó y Marcos supo que no había marcha atrás. Solo esperaba que aquello que lo esperase adelante fuese algo nuevo y excitante.

Se encontraba en un uber yendo al hotel. Había pensado en tomarse el subte, pero las valijas lo hicieron desistir. Ahora que estaba en La Plata, quería dejar sus comodidades y empezar a desenvolverse en otro ambiente que le parecía, por el momento, un poco hostil. La gente de Buenos Aires era completamente diferente a la de Salta, y aunque siempre se lo habían dicho, vivirlo en persona era diferente. Los gritos y maldiciones constantes, el apuro interminable, el ruido feroz incluso a la hora de la siesta. Pero Marcos sonrió. Justamente quería experimentar todo tipo de cosas, buenas y malas. Mientras fueran nuevas, estaba bien.

El hotel también estaba lleno de gente. Apenas terminó el papelerío se dirigió a su cuarto. Luego de ducharse se acostó, estaba exhausto, un poco temeroso, muy ansioso. Mañana tenía que levantarse temprano para el congreso de abogacía que le había servido de excusa para el viaje. A pesar de que no era la única razón, al menos quería asistir a algunas mesas para después poder contarle a su familia sin que sospechasen que tenía también otros motivos para irse lejos de su casa. No podía confesarles que quería encontrarse a él mismo, saber qué le gustaba sin presiones, arriesgarse a equivocarse sin temor a causar daño. Marcos quería vivir su vida, y había descubierto que no podía hacerlo plenamente en Salta. Por eso, el congreso de abogacía le había venido como anillo al dedo. Sumado a un supuesto interés en posgrados virtuales que podría llegar a dictar la universidad, sus padres no dudaron en dar el visto bueno para un viaje académico. Que, Marcos esperaba, de académico tenía muy poco.

Una parte suya se puteó cuando se encontró casi desesperado, en una enorme universidad llena de gente que iba y venía. Había tardado mucho más de la cuenta en llegar, pues se había mareado con tanto subte. No era tonto, pero el ritmo de La Plata era muy diferente al de Salta, y le parecía que todo andaba acelerado menos él. Así, estaba parado, ya retrasado y sin saber aún a dónde tenía que ir. Miraba a la gente a su alrededor buscando alguna cara amigable que pudiese indicarle. Había intentado un par de veces, pero allí se cursaban muchas carreras y no había encontrado a nadie que supiese sobre el congreso de abogacía. Estaba pensando cómo hacer, cuándo sintió a alguien que se paraba frente suyo. Miró, pero no encontró su rostro...hasta que descendió su mirada hacia la pequeña figura que lo observaba con compasión.

Nuevas Experiencias [GH- Margus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora