NUESTRO PUNTO DE PARTIDA. II LIBRO

8.- SOLO POR AMOR

LUCIA DAVIS

Ya habían pasado tres días de la llegada de las serpientes, se les veía a cada esquina de nuestra base. Se habían apoderado de oficinas y equipos como si de plagas se tratara. Y tal vez eso eran, una plaga.

Desde su llegada todo había sido distinto para nosotros que pertenecíamos a la base, era como si ya no hiciéramos falta.

Mis días eran pesados tratando de mantener a flote la tropa de Devan ya que el estaba metido de lleno con la investigación y misión para derrocar al clan italiano.

Entre a la cafetería principal donde me esperaba mi hermana y mi sobrina ya que tendríamos un almuerzo entre las tres por ser el cumpleaños numero cuatro de la pequeña Elly.

Entrando a la cafetería todos estaban almorzando y hablando alegremente sin restricciones, teniendo un día lleno de labor ese era nuestro descanso. Sentí una mirada clavada en mi así que eleve la vista topándome con los ojos de Devan que me miraban desde la segunda planta donde almorzaba con Burg y Weber quienes también llevaban las riendas de la investigación. Le sonreí ampliamente mientras caminaba pero seguía sintiendo mas ojos sobre mi, gire mi cabeza en busca de esa mirada pesada.

Casi me atraganto con mi saliva al toparme con los ojos mas verdes del mundo posiblemente.

El General Eddard Jones tenia sus ojos bien puestos en mi desde la segunda planta y su hermano al darse cuenta siguió el camino de su mirada ganándome la mirada de los hermanos Jones que era demasiado para la existencia de una simple Teniente. Desvié mis ojos al frente poniéndome nerviosa ni si quiera me había percatado de había comenzado a sudar del nerviosismo.

Sentí un pequeño pellizco en mi brazo y di una sonrisa al ver a Pett 

-Hola preciosa- me saludo ampliamente 

En la base estaba estrictamente prohibido las muestras de afecto en áreas publicas y en toda la base sin importar si se trataba de parejas casadas o noviazgos.

- El que seas hijo de un propietario del consejo no te da derecho a saltarte las reglas- bromee 

-Por favor ni si quiera te toque - me dijo defendiéndose

Continuemos caminando juntos hasta que visualice a mi hermana de espaldas y la preciosa carita de mi sobrina sonriendo ante algo que le habría dicho su mama.

-Hola princesa- Petter abrazo con mucho cariño a mi pequeña sobrina quien con sus pequeños bracitos rodeo feliz

-Pett - lo llame, no quería que nuestra mañana se viera afectada por un regaño.

-Feliz cumpleaños- la carita de mi sobrina se ilumino al ver la pequeña caja que Pett sacaba de su bolsillo 

-¡¡Gracias!!- contesto Elly con una enorme sonrisa

-Gracias Pett, no te hubieras molestado.- Hablo por primera vez mi hermana.

Tome asiento frete a ella estudiando cada facción de su pálido rostro, estaba mas delgada al punto en que sus pómulos comenzaban a notarse mas y sus ojos estaban cubiertos por ojeras enormes y marcadas, que se cubrían con maquillaje pero aun así era notable.

-¿Te sientes bien?- pregunte al ver su estado 

-Claro que si- contesto restándole importancia

Deje de lado el tema centrando mi atención en la pequeña que tenia a mi lado.

-¿Como esta mi preciosa niña?- le dije dándole un rápido beso en la cabecita castaña que tenia.

Elly se había arreglado con un precioso vestido azul y medias blancas con sus zapatos negros brillantes y un precioso mono en su cabecita. Parecía una hermosa princesita.